Por: Raymundo Riva Palacio
La carrera presidencial dentro de Morena arrancó oficialmente ayer con un acto en Toluca, donde está el único obstáculo que encontrará antes del 24: las elecciones para gobernador en junio del próximo año. Es estratégica esa victoria, porque sin el Estado de México y con la probabilidad alta de que pierdan una vez más la Ciudad de México dentro de dos años, las posibilidades de continuar el proyecto de nación del presidente Andrés Manuel López Obrador disminuyen de manera significativa. Pero la maquinaria para que eso no suceda arrancó hace varias semanas, con unos cuantos minutos de aproximadamente 60 audios y espionaje telefónico que se difundieron, suficientes para convertir al líder del PRI, Alejandro Moreno, Alito, en una figura tóxica para muchos.
Un efecto inmediato fue en la alianza opositora, que se está cayendo a pedazos. En el Estado de México, donde la discusión hasta hace poco era quién colocaría candidata o candidato, ya cambió. El gobernador Alfredo del Mazo exigía mano en la designación por ser el PRI el que tiene más votos, pero dentro del PAN había resistencias porque el líder del Congreso local, Enrique Vargas, aparece en las encuestas y los careos como el candidato más fuerte de la alianza. Eso ya no es problema, al menos por ahora, porque el PAN considera que será mejor ir solo que mal acompañado tras los resultados de las elecciones en seis estados.
La carrera presidencial dentro de Morena arrancó oficialmente ayer con un acto en Toluca, donde está el único obstáculo que encontrará antes del 24: las elecciones para gobernador en junio del próximo año. Es estratégica esa victoria, porque sin el Estado de México y con la probabilidad alta de que pierdan una vez más la Ciudad de México dentro de dos años, las posibilidades de continuar el proyecto de nación del presidente Andrés Manuel López Obrador disminuyen de manera significativa. Pero la maquinaria para que eso no suceda arrancó hace varias semanas, con unos cuantos minutos de aproximadamente 60 audios y espionaje telefónico que se difundieron, suficientes para convertir al líder del PRI, Alejandro Moreno, Alito, en una figura tóxica para muchos.
Un efecto inmediato fue en la alianza opositora, que se está cayendo a pedazos. En el Estado de México, donde la discusión hasta hace poco era quién colocaría candidata o candidato, ya cambió. El gobernador Alfredo del Mazo exigía mano en la designación por ser el PRI el que tiene más votos, pero dentro del PAN había resistencias porque el líder del Congreso local, Enrique Vargas, aparece en las encuestas y los careos como el candidato más fuerte de la alianza. Eso ya no es problema, al menos por ahora, porque el PAN considera que será mejor ir solo que mal acompañado tras los resultados de las elecciones en seis estados.