VOLVER A CASA
MELISA COSILIÓN
Volví a casa hacia la tarde,
después de haber navegado en el calor,
luego de beber de los labios del desierto.
No estaba la brisa que esperaba,
la sal norteña se apoderó de mi cuerpo.
Quedé sola de nuevo, mirando las esquinas
de mi casa redonda.
Presentí de nuevo el parto,
aunque las contracciones comenzaron
meses antes, dolorosas, cuando todo
se volvió silencio.
Terminé de nacer, desnuda y arropada
en girones necios de nube;
y supe
que no estaba sola, sino conmigo,
y que bastaba con sacudirme las alas
para volver a volar hacia las estrellas.