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¿En qué afecta la lesión de Nadal en su juego en Wimbledon?

Rafa Nadal presentó una de las exhibiciones más épicas en los cuartos de final de Wimbledon ante Taylor Fritz este miércoles. El balear batalló durante más de cuatro horas con el tenista americano, que jugó a un gran nivel, pero también consigo mismo. Nadal tuvo que pelear también con sus dolores de estómago, una lesión abdominal que no es la primera vez que sufre durante un partido y que revivió escenas del pasado, ésta vez con un final más feliz que dio paso a una de las mayores épicas que ha logrado el español. Y eso en el caso de Rafa son palabras de mayores.

Fue durante el US Open de 2009 cuando Nadal vivía el primer episodio de esta lesión abdominal que tanto duelo, como fue reflejo su rostro, con un claro gesto de malestar constante. «El abdominal me ha estado matando desde la primera semana», dijo por aquel entonces el balear tras un partido que acabó perdiendo ante Juan Martín del Potro en las semifinales del torneo americano. Fue rápido en aquella ocasión, el argentino le superó en un triple 6-2.

Aquello parecía olvidado durante años, pero se volvió a repetir tiempo después, concretamente en 2018, en la semana previa de preparación del Masters 1.000 de París. Por aquel entonces esos problemas volvieron a aparecer y Nadal no pudo competir en aquel torneo. En Nueva York se retiró días antes por este mismo problema, precisamente también ante Del Potro, en la penúltima ronda. Esta lesión le obligó a perderse lo que restaba de temporada.

Los problemas reaparecieron poco después, de nuevo en París y esta vez le obligaron a perderse la final ante el ruso Denis Shapovalov. Aquella vez se fue más preciso con su lesión, sufría un desgarro en el abdomen que le impidió disputar otra final. Pero esta vez se recuperó, en tiempo récord, y logró estar disponible para las ATP Finals y la final de la Copa Davis, en ésta última fue clave para que España alzara otro trofeo.

¿Pero tan grande es este dolor? ¿Inhabilita a un tenista a poder seguir su juego? Ambas respuestas son afirmativas, sí. Lo explicaba Nadal tras lograr tumbar de manera milagrosa a Fritz, dejando ver que el saque es el mayor inconveniente cuando este tipo de lesión se presenta,  obligando a cambiar su juego y dejándole menos opciones. «Si me pongo a jugar por abajo, no tengo ningún dolor. Peloteo perfecto, sin tan siquiera molestias. Lo que sí que es verdad es que pasé dos horas muy malas en la pista», explicaba el balear en relación al partido contra el americano, del que aguantó más de cuatro horas tras hacerse daño en el cuarto juego del primer set: «Fue desde que me hice daño en el 3-1 del primer set, hasta que encontré una manera de sacar para que interviniera menos el abdominal. Porque aunque sacara flojo, me quedaba dolorido para el siguiente golpe».

«Me daba un latigazo ahí abajo, para ser claro. No es algo que me moleste para jugar de fondo al cabo de un rato, pero cuando acabo de sacar, ese latigazo no se va instantáneamente, se queda y los siguientes dos golpes los doy por problemas», continuaba Nadal, dando sentido a cómo disputó el encuentro y dándole mayor valor a lo logrado: «Después, es verdad, que al final del partido, y en buena parte del cuarto set, sacando flojo, no sentía tanto dolor y eso, aunque no sacara ninguna ventaja con el servicio, muy poca, no me perjudicaba para el siguiente golpe».

Nadal tuvo que reconstruirse a sí mismo durante el partido, buscando la mejor forma para no sufrir ese dolor tan punzante que le inhabilitaba: «En casi todo el primer set, todo el segundo y buena parte del tercero, el problema no es que no ganara puntos con el saque, es que me quedaba con dolor cada vez, no podía seguir el punto con normalidad. Luego encontré una solución, y sacando como sacaba, desde el fondo podía jugar bien y lo hice».

¿Y qué puede hacer Nadal para revertir esto? Las soluciones dependen principalmente de qué grado de lesión es, desgarro, microrrotura o rotura. Evidentemente la mejor solución ante esto es el descanso, aunque ante la inminencia de su choque ante Kyrgios, la espera es imposible. Al igual que hizo ante Fritz, la mejor fórmula es dar con un forma de saque en la que conlleve un gran estímulo al abdomen. Antiinflamatorios y algún vendaje en la zona podrían ayudar para las inmediatas semifinales de Wimbledon.

Nadal desveló también que este dolor no nace durante el partido con Fritz, sino que lleva una semana con él: «Arrastro esta molestias desde hace una semana. Si os habéis fijado, no he hecho casi saques en los entrenamientos para preservar. Necesito información y escuchar a las personas que saben. Al menos, el pie no me duele, o me duele menos, no me limita. No tengo motivos para quejarme, soy un superafortunado, aunque a nivel de cuerpo, tengo poco descanso entre unas cosas y otras, aunque esta se cura con tiempo. A mal tiempo, buena cara».

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