LLUVIA
GUILLERMO ALMADA
Vamos caminando,
despacio,
hacia la noche,
y la lluvia te hace
un gesto como
de coqueteo,
y nos reímos
cuando cae,
por lo que
nuestra memoria
ya conoce.
Y es tan linda
tu sonrisa,
que me dan
ganas de frutillas,
que es como
besarte.
Y te acurrucás
a mi costado,
y tu pelo
huele a limonero,
y entonces
nos detenemos
y te rodeo,
e impregna
a sándalo
el abrazo.
Y tus ojos
y mis ojos
parecen que
también
están lloviendo.
Y me decís
“qué grandes
nos vinimos”.
Y nos tomamos
de la mano,
y así seguimos
caminando,
despacio,
hacia la noche.