ANSIEDAD
MELISA COSILIÓN
Desde la ventana ruge la magia,
y revienta en los cristales de los ojos
rojos…
Pero de mi boca no escapa humo,
sino barro, tragos de ceniza
irredenta.
Esa noche la ansiedad vistió la cama,
acarició mis muslos llenos de sangre
temprana.
Y busqué en otras manos la paz,
y quise llenarme de labios borrosos
que no sabían tocar la piel
de mi fuego.