FRAGMENTOS
GUILLERMO ALMADA
Este amor por fragmentos,
esta irremediada desazón,
este espacio en ciclos,
todo clama por tus huesos.
Incluso la foto de tu viaje
a la isla de Manhattan
batiéndose a duelo
con el recuerdo que guardo
de tus besos, todo…
La tinta aguada
de la cabaña del sur,
los versos ambidiestros
de las noches del exceso.
El aroma a café,
los cigarrillos negros,
y el vinilo de Corea
que aún da vueltas
cuando te descubro fugaz
bailando en mi cabeza.
Fugaz como una estrella,
como una fugitiva incontenible,
como una partícula incinerada
que cruza la atmósfera
a ochenta mil kilómetros por hora.
Y yo detenido
en lo más liminal de tus deseos.
Suspendido en medio
de una aventura ucrónica
Sin ser más que un dígrafo,
ni siquiera palabra,
apenas un signo ortográfico,
un único fonema…
Y es que, a lo mejor,
también yo, soy solo
este fragmento.