Editorial

Con Olor a Haikú, una antología de instantes eternos (Prólogo) – Gabriel Avilés

Con Olor a Haikú, una antología de instantes eternos

(Prólogo)

Gabriel Avilés

A Pulso de Tinta

presagiodemar@gmail.com

 

Hace un tiempo llegó a mis manos la antología poética Con Olor a Haikú realizada por el escritor, promotor cultural, locutor y poeta Eugenio Valle Molina, publicada bajo el sello Ediciones del Lirio y con la participación de los y las poetas: Sara Elena Mendoza, Isauro Chávez Tomás, Cecilia Rivadeneyra, Eugenio Valle Molina, Agustín Monsreal, José Luis Domínguez, Jesús González Galicia, Adriana Lebrija Rodríguez, Adrián Lara y Yolanda Matías García.

Todos ellos usan el haikú, ese breve poema de 17 sílabas para plasmar instantes líricos que tienen que ver con la naturaleza o en dado caso se sirven de esa métrica para describir un momento personal o de la cotidianeidad con una sentencia que va perdurar por lo eterno. En este libro el haikú sirve para condensar al infinito en estrellas.

Versos exquisitos, exactos, sin ataduras, deshilvanando el universo con la tesitura perfecta. Muestra de ello es el siguiente texto de Isauro Chávez Tomás, perteneciente a Haikús de mi Cosecha:

 

LA NOCHE

1

Ladran los perros

serenata nocturna

para la luna

 

Asimismo, el maestro Agustín Monsreal, nos lleva a los enigmas de los cuales se sirve esta estructura poética proveniente de Japón para reflexionar Entre Dos Infinitos:

2

Misterio incesante

son los designios de Dios

inalcanzables.

 

 

Las poetas presentes en la antología también nos deleitan con sus haikús cuya virtud es hacer de las palabras, palabras orgánicas, con vida propia y un contenido estético muy pulcro, bien lo demuestra Cecilia Rivadeneyra con sus 20 Haikús de Amores Olvidados:

 

5

Abro los ojos

el silencio despierta

los perros ladran

 

O los versos de Adriana Lebrija Rodríguez bajo el título de Corazón de Niño cuyas imágenes son pinceladas de emoción:

 

12

Piso una hojita

explota en mil pedazos,

llegó el otoño.

 

Las y los poetas que encontramos en este libro se apropian de este estilo de poema japonés tal como lo hicieron José Juan Tablada, Octavio Paz, Jorge Luis Borges y Mario Benedetti dando como resultado textos con esencia plenamente mexicana, plasmando el sentir latinoamericano tan mágico y sustancial.

Con Olor a Haikú está dividido en dos partes, la primera presenta a los participantes mencionados en el primer párrafo con sus trabajos líricos y la segunda, Remolino de Haikús, el compilador hace un homenaje a autores que le han servido como pauta para escribir en esta forma poética como Alberto Blanco, que según sus palabras, un día se reunió con el poeta Raúl Renán y le pidió que le explicara cómo escribir un haiku, y Renán, tomó un libro de Alberto Blanco y un lápiz, fue entonces que dividió el haikú en sílabas, así, entendió lo que era, por ello, decidió incluirlo en esta sección, junto con Arturo González Cosío, Álvaro Ríos, Humberto Díaz Ponce (Humberdi), Isauro Chávez Tomás y él mismo a manera de reconocimiento.

Alberto Blanco escribe:

La luna rueda

azul y silenciosa

dentro del ojo

 

Como lector, agradezco esta selección de poemas en dos tiempos, bien señala Valle Molina respecto a este libro:

“Las antologías me gustan porque ahí se reúne lo mejor de la vida, lo mejor de cada autor, por otro lado siempre me han gustado los textos breves, lo mejor de la vida se encuentra en la brevedad”

Finalizo esta reflexión con un haikú de Eugenio Valle Molina perteneciente a su texto A Cielo Abierto que bien puede englobar la magnitud de este compendio:

3

Luz y rocío:

florean los alcatraces

en el camino.

 

Texto leído el pasado 14 de enero en la librería Jorge Cuesta de la Ciudad de México en la presentación de este libro.

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