LAS TERRAZAS DE ARGELIA
GUILLERMO ALMADA
Las dudas,
la búsqueda de respuestas,
el misterio.
Las terrazas de Argelia
y nuestras risas,
en la madrugada,
sonando como dos
borrachos ruidosos
jugando ajedrez con la muerte.
El amor hecho en las ruinas
de Al-Qal’a.
El sexo de pie en las
callejuelas de la Casaba de Argel.
La lujuria desatada
en el oasis de M’Zab.
Tu cuerpo ataviado
con solo el haik,
y el deseo húmedo
latiendo entre tus piernas.
Ahí nomás, Gibraltar,
el último palmo
de tierra europea.
La unión del Mediterraneo
y el Atlántico.
Los barcos amarrados.
La adrenalina de usurpar
él Vía Vai
para la cópula clandestina
en una siesta.
Tus besos con mordidas,
el anís. Y el hachís.
Los desbordes.
Las pasiones del alma.
El tercer pecado capital.
La lengua complaciente.
Las noches estrelladas del Sahara.
Tu contorno excitado
recortándose en los atardeceres
del Magreb.
Noventa días con sus noches
duró la despedida.
Sé que estás en Paris
pero no voy a cargarte
de reencuentros,
para evitarte el peso
de volver a dejarme.