VANGUARDIA Y CREATIVIDAD EN EL ESCRITOR RAÚL RENÁN
(Primera de dos partes)
Por Mario Morales Castro
Helena viene a la palabra para
confrontar su belleza con la verdad.
RAÚL RENÁN, de “Frases”.
Uno de los poetas y narradores de los siglos XX y XXI más destacados en nuestro país fue sin duda alguna Raúl Renán (1928-2017), originario del barrio de San Sebastián de su natal Mérida, Yucatán, quien migró a la Ciudad de México todavía joven y donde realizó sus sueños de escritor, gracias a su talento y sociabilidad, donde pudo hacer amistad con mucha gente, principalmente con sus contemporáneos del oficio.
Hoy jueves 2 de marzo de 2023, fecha oficial de su natalicio, no quería de dejar de recordar a nuestro querido maestro y amigo con este artículo a guisa de homenaje. Digo fecha oficial, porque sus cumpleaños se los festejábamos cada 2 de febrero, hasta que la Dra. Norma Salazar encontró su acta de nacimiento con la fecha de hoy; sin embargo, Raúl nunca desmintió eso y se los seguíamos festejando en el Día de la Candelaria. Por tanto, la diferencia era sólo de un mes, una minucia.
En una entrevista que le hizo su alumno Jorge Asbun Bojalil, podemos enterarnos de lo difícil que fue su niñez; así, el autor de la Gramática fantástica declara: “Mis primeros recuerdos de Yucatán son pisando la tierra, descalzo, y sufriendo el poderoso sol que rompe piedras; el silencio y la soledad, porque fui un niño marginado que aprendió después a incorporarse a la sociedad”.
Durante su larga vida, Raúl Renán fue un autor muy prolífico y creativo, todos sus libros son diferentes, en ninguno se repite a sí mismo y en su obra encontramos desde haikús, sonetos, neosonetos, verso libre, hasta sus célebres caligramas: uno de ellos titulado “Muerta de Juárez”, dibujado por Carmen Gayón y después digitalizado por su alumno Fernando Ortiz, donde muestra su preocupación por la violencia, principalmente por los feminicidios. Tocó muchos temas, desde los clásicos en Los silencios de Homero, hasta objetos del mundo cotidiano en Los urbanos, pasando por poemas dedicados a sus hijas y nietos, y abarcando tópicos internacionales como los dedicados a Fernando Pessoa y a otros poetas; no podía dejar de mencionar Emérita, un extenso poema dedicado a su querida ciudad en el que no faltan caligramas que ahora son referentes en su obra visual, como el henequén y un molino de viento. No obstante, lo más destacado de Renán fue su constante experimentación, fue creador de neologismos como a/salto, dermografía, inspiratriz, manos deodidantes, letranía, cuadraplejidad, contrarrío, inllenable, multiánime, etc.; no fue ajeno a los juegos de palabras como podemos apreciar en este poema que nunca ha sido publicado en libros:
El vuelo del ángel
El cuerpo del ángel se desala
y vuela para caer en sus cenizas.
Las cenizas para caer vuelan
en el cuerpo del ángel que se desala.
Desala el vuelo al cuerpo
sin el ángel de las cenizas al caer.
Caer para sus cenizas se desala
el cuerpo del vuelo del ángel.
Ángel el vuelo desala las cenizas
y el cuerpo al caer se para.
Para las cenizas en vuelo al caer
se desala el ángel del cuerpo.
Su principal hallazgo fueron las rimas inmediatas que lo colocó a la vanguardia de la poesía, como podemos observar en el siguiente poema dedicado a su nieta, tomado de su último poemario que todavía vio publicado en vida, Piedras del adivino:
Helena Garza Renán
Te llamas como la heroína de Troya. De mi
lectura dilecta: Helena. Llena eres de visiones
figuradas con líneas y tintes. Pintes en tu ruta tus
predilecciones. Iones mil dan la medida de tu
intensidad inspiratriz. Actriz de ti en tu historia
que vives. Si ves lo que deseas será tu futuro, que
auguro con genio. Ceño en tu rostro definirá signo
artístico, elevando la figura femenina de larga
cabellera que hoy es tu autorretrato y será el gran
emblema helenista. Insta a tu poder la pasión que
impele a tu pintura que sea tal. Helena.
El café de Raúl
Otra de las cosas que son de destacar fue su convocatoria para asistir cada semana a algún café. Conocí a Raúl Renán en 1994, cuando acababa de regresar a México después de una buena estancia en Europa, principalmente en Lisboa, Portugal. Andaba buscando trabajo y llegué al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, en ese entonces el director era Bernardo Ruiz y me encaminaron con el maestro Renán, quien me pidió una antología breve de poesía portuguesa para ser publicada en el Periódico de Poesía de la UNAM, que dirigía junto con Marco Antonio Campos. Fue mi primer trabajo publicado en la capital y a raíz de eso me invitó a reunirme los sábados con él y otros escritores y traductores en el café de la calle de Córdoba, en la Colonia Roma de la Ciudad de México..
Desde entonces, nacería una amistad con él y con otros escritores como los poetas Francisco Cervantes, Fernando Rodríguez y el investigador y ensayista Samuel Gordon, que duraría hasta el fallecimiento de todos ellos. Al café de Raúl iban poetas y artistas: ahí conocí a Mariana Bernárdez, a Carmen Gayón, quien encontraba inspiración para sus dibujos y grabados, a Guillermo Fernández, traductor del italiano, a Armando Oviedo, a Héctor Orestes Aguilar y a un gran etcétera.
Del café de la calle de Córdoba, pasamos a la Casa Lamm, luego al Café au Lait de la avenida Tamaulipas, más tarde al Matisse y finalmente al Péndulo de la Condesa, donde duramos varios años gracias al mecenazgo de Fernando Rodríguez, quien se encargaba de reservar la mayor mesa y además compraba una buena cantidad de libros y películas en DVD, aparte de darles buenas propinas a los meseros, pues pasábamos varias horas en el recinto. Ahí estuvimos hasta poco antes de su fallecimiento en 2006. Después, ocasionalmente veía a Raúl en el Café de Carlo, frente a la Bella Italia de la Colonia Roma, o a veces a desayunar en La Casona de la avenida Durango.
Sobre los cafés literarios no abunda la bibliografía, pero encontramos excelente información en la investigación que hizo Marco Antonio Campos sobre estos establecimientos en los siglos XIX y XX, aunque también el mismo Renán escribió con detalle una crónica en la Casa del Tiempo de la UAM y que también apareció en la Revista de la Universidad Autónoma de Yucatán, intitulada “El café itinerante de los poetas”, en que podemos darnos cuenta de su amistad con Juan Rulfo y Gabriel García Márquez, entre otros muchos. Al final de ambos artículos se dan las referencias sobre el libro y la revista, para quien quiera profundizar en el tema.
Para concluir esta primera parte a su homenaje, no podía dejar de enaltecer la calidad humana del maestro, pues siempre se mostraba muy agradecido. Cuando los muchachos de la Ibero publicaron la segunda edición de su célebre poemario vanguardista A/Salto de río. Agonía del salmón, esto expresó en lo que denominó Gratitud y en parte se refleja su arte poética: “(…) Este Canon del Salmón [así lo nombró en esta edición], aparte de referir la prueba de bienhechura de un poema mediante su lectura de abajo hacia arriba, refleja mi vida siempre en contramarea, contrario contrarrío, embestir la estentórea corriente en vertiginosa caída, pues el que asciende logra la cima ofreciéndose a la inclemencia natural de la cascada. Me opuse a la miseria sin ser opulento, jugué a las contras en mi infancia en la piel del perdedor, desvié el cauce de la educación académica por la libertad del aprendizaje, hice y deshice las formas hasta experimentar lo nuevo o diferente en cada verso o renglón, di preeminencia a la amistad como norma de vida y preferí la bondad, porque la maldad es una pieza de jabón húmedo. Quienes me dotaron de los bienes de la humildad fueron las cosas, mis queridas cosas, que cuidé como a la amistad porque son de alma frágil. El verso largo es de Homero, el épico; el breve es de San Juan, entre ellos equilibro mi prudencia. Estoy lleno de días como de experiencia. Lo que me falta por vivir me lo reserva el tiempo. Lo agradezco”.
Referencias bibliográficas para ambos artículos
Asbun Bojalil, Jorge, Algunas visiones sobre lo mismo. Entrevistas a poetas mexicanos nacidos en la primera mitad del siglo XX, Siglo XXI Editores, México, D.F., 2007.
Bernárdez, Mariana, Todo está en la línea. Conversaciones con Raúl Renán y 15 poemas inéditos, Universidad Autónoma del Estado de México, Toluca, Edomex, 2008.
Campos, Marco Antonio, El café literario en Ciudad de México en los siglos XIX y XX, Aldus, México, D.F., 2001.
Gordon, Samuel (coord.), La poesía visual en México, Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Toluca, Edomex, 2011.
Renán, Raúl, El café itinerante de los poetas. El ocio de los intelectuales, en Revista de la Universidad Autónoma de Yucatán, núms. 247-248, Mérida, Yucatán, 2008-2009.
_______, Piedras del adivino, Parentalia, Ciudad de México, 2016.