TENGO
GUILLERMO ALMADA
Tengo una cesta con higos de Esmirna
que me recuerdan el sabor de tu boca,
el amor en las costas del Egeo,
y el sexo en el canapé,
en el balcón,
con vista al golfo.
Guardo entre mis libros
un poemario de Ferit Edgü
que compraste en una feria callejera de Estambul,
y que solía leerte las noches del romance.
Atesoro la almohada de plumas
con la esencia impregnada
del perfume de tu pelo,
que me llovía, amándonos en los días festivos.
He conservado intactos el amor,
la pasión, y el deseo,
en esta soledad que te profeso ahora
esperando que vuelvas.