Editorial

Mariel Turrent – Divagaciones

Mariel Turrent

Divagaciones


 

10 Puentes

“Los puentes son una muestra de la capacidad humana de superar obstáculos y de buscar soluciones creativas para conectarse con los demás”.

Peter Singer

 

Alicia tiene apenas siete años, y sabe que su papá se fue a trabajar al “otro lado”. Por eso en su cumpleaños, cuando le sopló a las velitas, dijo que le gustaría tener una varita mágica para construir puentes. El primero que construirá, dijo, será uno que la lleve a ella y a su familia al “otro lado”.

En mi reciente viaje de la Ciudad de México a Toluca, me inquietó ver la obra monumental que pretendía ser un tren y que está parada. Pensé luego, luego en la varita mágica de Alicia. Hacía muchísimos años que no viajaba por esa carretera de día y no había visto estos puentes inconclusos que se erigieron con la ilusión futura de que un tren conectara una ciudad con otra. Gigantescas piernas de concreto que apresuraron su paso con la intención de alcanzar su objetivo antes de que el siguiente sexenio les pisara los talones sabiendo que en el momento en el que eso sucediera una nueva idea les pasaría por encima y no tendrían más impulso para continuar. Entonces me vino a la mente el puente que empieza a levantarse a un par de kilómetros de mi casa. Un puente que existe en la mente de los cancunenses desde hace más de diez años, un puente que vuele sobre la laguna y conecte el centro de la ciudad con la Zona Hotelera. ¿No sería mejor que la varita mágica de Alicia construya otro tipo de puentes? Por ejemplo, un puente que lleve esa idea a los intereses personales del próximo dirigente. Porque lo que nos hace falta antes de crear puentes de concreto, pienso, son puentes de comunicación, puentes que superen precisamente, como dice Singer, los obstáculos, que generen soluciones creativas para conectar a las personas que parecen trabajar solas, aisladas, sin un plan de continuidad y vinculación con los otros. Durante tres años trabajé para el Conalep con un proyecto muy ambicioso que vinculaba a los estudiantes con las empresas, preparándolos para que pudieran abastecer las necesidades de recursos humanos en el futuro. Pero sucedió lo mismo, el proyecto que tuvo tanto impulso en ese momento, en cuanto empezó a alzar el vuelo sufrió un aterrizaje forzoso debido al cambió de gobierno que ocasionó el reemplazo de todo absolutamente de todo lo que estaba en ese momento. Una especie de borrón y cuenta nueva, como en El día de la marmota, (película estelarizada por Bill Murray y Andie MacDowell) cuyo tema aterrador es precisamente la falta de continuidad; el que todo lo que se ha hecho en el día no tenga ninguna repercusión, y todo vuelva a empezar de cero al amanecer. Hoy las empresas sufren la falta de su recurso más importante: la gente.

Y entre más lo pienso, cada vez encuentro más útil la varita mágica de Alicia; se me antoja para construir puentes de diálogo para obtener mejores políticas migratorias, por ejemplo, eso ayudaría más a la misma Alicia y tal vez impediría sucesos como la reciente tragedia en el Centro de Detención de Ciudad Juárez. También quiero un puente que me haga conectar con mi hija, sería muy útil este vínculo con las futuras generaciones, pues el bache que nos separa empieza a ser abismal.

Alicia hizo bien en no pedir como deseo un puente, sino algo capaz de construirlos. También hizo bien en no especificar qué tipo de puentes, pues en el futuro, tendrá todo tipo de obstáculos que superar.

 

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