MUJER INDÓMITA
MELISA COSILIÓN
Tu sexo es un trofeo
para quien no se atreve a ver, a ser,
más allá de lo superfluo.
Mujer de miel y pechos blandos,
esos labios que bebieron
el color de tus aureolas
desconocen el poder
en tus pezones
que alimentaron hambrientos,
frutos recién nacidos.
Mujer de tierra y piel,
mujer montaña,
ni luciérnagas ni hormigas rojas,
a tu cuerpo lo habitan las aves,
exóticos musgos,
cristalinas arenas multicolores
que conservan fertilidad
entre las ramas.
Tú, mujer silente
cantora de las semillas
y las arañas,
estrellas guían la mancha
de memoria en tu cabeza.
Y caminas, ingenua,
indomable, hambrienta
como una de tantas diosas
sobre las aguas del tiempo.