PERMISO
MELISA COSILIÓN
Déjame que te habite,
como un musgo salvaje,
un péndulo.
Suelo moverme dentro tuyo,
me busco ave,
libre me encuentro.
Déjame navegar por
tus arterias,
caminos nuevos
que llegan hasta mi casa.
Déjame buscarte
desde tus manos,
sueños de cuencos,
historias de barro.
Ardiendo hacia la noche,
podremos descansar
sobre las piedras,
mirándonos desde lejos
soñando con mil galaxias.