Editorial

RADIOGRAFÍAS – Salvador Dalí y Sigmund Freud

RADIOGRAFÍAS

Salvador Dalí y Sigmund Freud

NORMA SALAZAR

Salvador Dalí fue uno de los artistas magnánimos del siglo XX. Matizó su privativo uso de imágenes impresionantes que no representaba la realidad, sino que la exhibía transfigurada y enaltecida con elementos simbólicos y distorsiones que acertaba análogos  trabajos del sueño. Su obra incorpora también episodios reveladores de su vida, lo cual avivó el interés de desiguales investigadores entre ellos algunos situados por el psicoanálisis, quienes han estudiado pródigamente tanto su labor creativa y su obra asimismo talentes de su biografía y personalidad. Desde sus inicios, el arte y la teoría psicoanalítica han generado una relación estrecha debido al interés de esta corriente de pensamiento por las creaciones humanas, las cuales son vistas como respuestas del hombre ante estímulos internos y externos al aparato psíquico explica que el psicoanálisis le atribuye al arte un potencial de representación significativo y es considerado una dimensión esencial del hombre. Desde la perspectiva freudiana el arte es la construcción de un mundo sobrecargado por aquellas experiencias ya vividas, en el que el sujeto proyecta sus dramas, temores, esperanzas y deseos.

En el año de 1922 Dalí se instala en Madrid, España para estudiar arte, en la residencia estudiantil tuvo compañeros que lo describían como un joven tímido entre sus amigos cercanos se encontraba Federico García Lorca, Luis Buñuel entre otros. Para el año siguiente Dalí se halló con el libro La interpretación de los sueños de Sigmund Freud que lo cautivo, marcando su pensamiento estético e inicios  de sus propias interpretaciones de sus sueños, experiencias para luego plasmar y expresar en los lienzos sus oníricas vivencias.  El escritor y pintor inglés Conroy Maddox desde el origen del primer manifiesto de André Bretón, el surrealismo enlazó un nuevo enfoque y manejo  del inconsciente como germen de inspiración, gracias al influjo de la obra psicoanalítica y la práctica de Breton en el ámbito de la psiquiatría. Dicho lugar artístico tenía sus principios teóricos en la disertación del automatismo psíquico que buscó enunciar el adiestramiento existente de cavilar mediante diferentes conductos, y se planteó librar la mente de las restricciones de la razón y de cualquier cuidado moral o estético con la conclusión de investigar las agrupaciones de ideas entendiendo en que una circunstancia superior subyace a expuestas asociaciones, ejerciendo vehementemente la actividad magnánima del pensar y la facultad suprema de los sueños, sus fantasías y deseos.

Freud lo señaló perfectamente:

“El arte logra por un camino peculiar una reconciliación de los dos principios. El artista es originariamente un hombre que se extraña de la realidad porque no puede avenirse a esa renuncia a la satisfacción pulsional que aquella primero le exige, y da libre curso en la vida de la fantasía a sus deseos eróticos y de ambición. Pero él encuentra el camino de regreso desde ese mundo de fantasía a la realidad; lo hace, merced a particulares dotes, plasmando sus fantasías en un nuevo tipo de realidades efectivas que los hombres reconocen como unas copias valiosas de la realidad objetiva misma. Por esa vía se convierte, en cierto modo, realmente en el héroe, el rey, el creador, el mimado de la fortuna que querría ser, sin emprender para ello el enrome desvió que pasa por la alteración real del mundo exterior. Ahora bien, solo puede alcanzarlo porque los otros hombres sienten la misma insatisfacción que él con esa renuncia real exigida, porque esa insatisfacción que resulta de la sustitución del principio de placer por el principio de realidad constituye a su vez un fragmento de la realidad objetiva misma.”

Ahora bien, Dalí asimiló el método freudiano la crítica del significado por lo que ningún término debe instituir tal como se exhibe, otro hecho oculto disfrazado se refiere a que los seres humanos tienen conciencia libre, es decir, todo lo que se piensa, aún sean ideas absurdas lo siente en su mundo como real e idealizado.

Dalí descubrió en La interpretación de los sueños una obra que influenció de manera significativa su concepción estética como un fundamento teórico y fuente de inspiración de su actividad creativa, asimismo con el movimiento surrealista de André Bretón lo familiarizó con  las metodologías psicoanalíticas entre una articulación del sueño con la realidad de la vigilia, en la utilización de método psicoanalítico que puntualizó Freud en su momento

“Y si el método psicoanalítico le brindaba la posibilidad de bajar a los infiernos de su inconsciente, de sus obsesiones personales, de sus imágenes preconscientes, de sus recuerdos infantiles, de sus fantasmas familiares, de sus conflictos sexuales, de recorrer los caminos que relacionan las dos tópicas freudianas, de analizar los procesos del sueño, el chiste o la paranoia o de bajar al mundo oculto de la creación, plasmar sus imágenes y poder retornar a la realidad ¿por qué no utilizarlo para recrear un método propio «espectacular y especular de sí mismo» «de carácter paranoico y activo del pensamiento», «que sistematizara la confusión, y adoptara una contribución al descrédito total del mundo de la realidad», que tuviera «su origen en el inconsciente», «haciéndonos soñar por su especial autopudor en el viejo mecanismo metafísico con algo que de buena gana confundiríamos con la esencia misma de la naturaleza, que según Heráclito, ama ocultarse»?”

Déjeme ser enfática amable lector, en  puntos clave  de entrelace en la obra del pintor español y el psicoanalista austriaco, afirmó Freud “Amamos al objeto a causa de perfecciones a las que hemos aspirado para nuestro propio yo y que quisiéramos ahora procurarnos por este rodeo para satisfacción de nuestro narcisismo” Dalí idealizó una figura de padre lo engrandeció en sus ciertas obras con imágenes detalladas y símbolos directos.

El psicoanálisis con su sentimiento ligado a su libido volcada para sí mismo, aquí, la idealización de la que lo hiciera objeto; el deseo de exteriorizar  como los observamos en  títulos de sus pinturas de aquella etapa surrealista: Aparato y mano (1927) y Los deseos insatisfechos (1928), Metamorfosis de Narciso (1937) entre otras.

Termino ávidos lectores, las alusiones de Dalí a Freud con un tono arrogante reflejó su idealización. Freud corresponde a la figura de un padre que respalda y absuelve las rarezas o patologías de su fiel seguidor.

 

To Top