Mariel Turrent
Conversaciones del Taller Malix
Tema 1: La diferencia entre una mujer y un hombre
Parte 1 agosto 12, 2023
En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira,
todo es según el color del cristal con que se mira.
Ramón de Campoamor
En el taller de escritura creativa de los jueves por la mañana, los escritores suelen engancharse en una conversación asaz profunda sobre los temas que han expuesto en sus textos y que suelen ser de índole psicológico y filosófico —además, por supuesto, de cuestionar, sugerir, aplaudir y, rara vez, criticar las cuestiones propias del relato—. Los temas más socorridos son los relacionados con la difícil interacción entre hombres y mujeres, un socavón al que, tarde o temprano, todos caemos y del cual quise rescaté una pregunta que puse al descubierto a la hora de la comida con mi hija y mi esposo: ¿qué diferencia hay en el comportamiento de hombres y mujeres?
—Ay, pues muchas —contestó mi hija.
—Dime una.
—Pues… son más sexuales.
—¿Sexuales? ¿A qué te refieres?
—Pues se la pasan agarrándose ahí. No solo el suyo sino unos a otros, en broma, ya sabes.
—¿De verdad?
—Sí, ¿qué tiene? Solo lo hacen y ya, en el otro salón, uno se lo saca.
—¡En serio!
—Sí.
—¿Y nadie le dice nada?
—Ay, ya sabemos que así es él. Solo lo hace y ya.
Pensé que tiene razón, he visto a muchísimos hombres con la mano en la entrepierna, desde Michael Jackson, hasta al plomero que viene a mi casa y no se da cuenta, o no le importa, más bien, que yo esté cerca.
La misma pregunta antes de aventarla en la mesa había tratado de contestarla yo misma. “Los hombres a diferencia de las mujeres no se sienten menospreciados como género”, me dije. Aunque luego recordé a mi tío Jaime diciendo que hoy en día solo publican las novelas de las mujeres jóvenes. Entonces pensé que los hombres son más prácticos en las relaciones, las mujeres siempre buscamos algo más. ¿Qué?, no sabemos. Tal vez reconocimiento. Que vean en nosotros más que un cuerpo, incluso, por qué no, que acepten que somos superiores, porque independientemente de que lo seamos o no, nos sentimos relegadas, pero superiores. Ellos también, en eso somos iguales.
Continuará.