Editorial

Almendra – NORMA SALAZAR

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Almendra

NORMA SALAZAR

Almendra, es una novela contada por la escritora, guionista, directora de cine surcoreana

Won –Pyung Sohn. Su narrativa directa y categórica reitera los valores de amistad, amor y empatía con una firmeza a contracorriente, un ser humano no puede ni debe vivir en lo más hondo de su catadura sin mostrar sus sentimientos tampoco ser incapaz de sentir emociones. El título de la novela es una semejanza que su madre del protagonista escoge para explicar sus amígdalas que son del tamaño de una almendra a causa de su padecimiento de alexitimia (trastorno e incapacidad para expresar sentimientos, una dificultad de conectar experiencias emocionales como la capacidad de verbalizar; las personas con alexitimia experimentan emociones tan intensas, pero luchan para expresarse en palabras).

La explicación de la madre de Junyae referente a su padecimiento, sus amígdalas son del tamaño de unas almendras que no crecieron como las otras personas y, que su cerebro no recibe estimulación no puede sentir la tristeza, el miedo, el enojo, la alegría, el amor. Los niños le dicen robot, porque no reacciona en acontecimientos que suceden en su entorno, como el llanto de una de sus compañeras. Pero no todo tiene en su contra, su abuela lo apoya y celebra su personalidad, los otros niños cariñosamente lo nombran “monstruo”. Junyae tiene 16 años una edad donde las emociones están desbordadas; el amor y la euforia, los enojos, pero, las amígdalas en su cerebro no siente absolutamente nada, reitero es incapaz de vivir en su cuerpo una emoción. Déjeme ser enfática, fue educado por su madre y abuela

“Si tu interlocutor llora, tú entrecierra los ojos, baja la cabeza y dale una suave palmada”

Así, va adaptándose a una “aparente realidad y normalidad en su vida”

Almendra, una novela de literatura juvenil como otras obras atendidas bajo este denominador, tiene una extensión pedagógica a lo largo de sus 252 páginas, Sohn elogia la diferencia la singularidad e iza la empatía como una condición libertadora.

Muestra a partir del personaje de Gon, el amigo rebelde de Junyae la correlación que existe entre las crisis de la adolescencia los menesteres afectivos, e insiste en señalar la bondad que a veces se encuentra escondida detrás de la fachada de la indisciplina e insolencia. Su elemento pedagógico expresa por medio de definiciones, por culpa de la alexitimia Junyae con frecuencia se ve forzoso a preguntar por el significado de las emociones que no concibe.

La gente que lo rodea primero su mamá y su abuela más adelante Gon y el doctor Shim, un vecino que se convierte en su mentor, ofrecen definiciones , de esta forma Sohn crea por iniciativa propia muy necesario e importante su guía de vida para focalizar los sentimientos de los seres humanos que le rodean y ante la vida futura.

Ansia: con una sonrisa fija en un rostro que evade los ojos de quienes le rodean.

Temor: ser “suficientemente estúpido para permanecer de pie en la carretera cuando un auto se dirige a ti”.

Amor: la capacidad de reconocer la beldad.

Miedo: indagar aire en un lugar sin oxígeno. Una y otra vez, Almendra manifiesta la capacidad a las limitaciones de las palabras para pronunciar las emociones que sentimos.

Buena parte de la novela sucede en una librería de segunda mano que abre su madre de Junyae que después de la catástrofe, él se hace cargo de administrarla con el apoyo del doctor Shim.

Ahora bien, escenas que son evidencia con particularidad originalidad la autora afronta el reto esencial del trastorno médico en su obra y nos lleva a un cuestionamiento ¿Cómo narrar su universo interno de un niño que no tiene senda con sus propias emociones?

En la librería Junyae descubre que los libros son para él un medio perfecto para conocer o mejor dicho reconocerlo, en ellos, la literatura develan sus historias “calmada y cuidadosamente“, sin el afán o la imprevisibilidad de las personas. Los protagonistas de las novelas son para él los cómplices ideales: no es necesario penetrar tampoco extender emociones para estar cerca de ellos.  En la librería su madre, Junyae entra en contacto con 2 obras de la literatura clásica que son del canon occidental lecturas para chicos de su edad; Demian de Hermann Hesse y El guardián entre el centeno de J.D. Salinger.

Déjeme amable lector enfatizar, una influencia de primera lectura observamos en Almendra a lo largo de la novela, así como Emil Sinclair, el héroe de Hesse se agiganta a partir de su relación con Max Demian de la misma condición Junyae madura y fortalece su personalidad gracias a su amistad con Gon.

Los dos –Junyae y Gon– son de alguna manera opuestos, si el primero es incapaz de sentir, el segundo siente descomunal, comparten, eso sí, lo que de niños perdieron a sus padres.

Es una presencia que no vivieron pero con una catarsis simbólica entre ambos se identifican a sí mismos; uno hacia el otro.

Termino ávidos lectores, una narración con excelentes diálogos buena dosis de humor y protagonistas que tienen ecos del universo. Recibió el premio de los libreros de Japón en 2020, sus últimas páginas, en particular, son conmovedoras quizás porque nos ofrecen 2 importantes reflexiones de catarsis: el que siente Junyae al comprender que Gon es parte de él, y el que descubrimos a través de nuestra sentimos lectura al vislumbrar que ellos 2 son también parte de nosotros.

 

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