Mas allá de esta vida
“La muerte no es más que un cambio de misión.” (León Tolstoi)
Gloria Chávez Vásquez
No hay mejor fuente de información sobre la vida después de la muerte que alguien que ha trascendido al mundo espiritual. Es la conclusión a la que ha llegado Matthew McKay, profesor y psicólogo investigador del Instituto Wright en Berkeley, California.
Su hijo Jordan fue asesinado por unos ladrones para robarle su bicicleta. Le dispararon por la espalda. Tenía 23 años.
“Cuando Jordan murió, yo no creía que los muertos pudieran comunicarse con nosotros” —dice Matthew. “A lo mejor se iban a otro mundo, a otra dimensión, separados por la pérdida y el trueno ensordecedor del dolor. Quizás su muerte era una verdad más dolorosa: cesaban de existir y estos espíritus amados vivían solo en nuestra memoria”.
Pero Jordan comenzó a hablarle, primero en sueños, después a través de médiums, por medio de un proceso al que le dicen comunicación inducida después de la muerte. “Fue a través de la escritura canalizada que me dijo que estaba aquí. Que quería enseñarme lo que sabía de la vida después de la muerte”.
A pesar de su incredulidad, los temores y la incertidumbre, Matthew se lanzó en busca de formas de validar la comunicación espiritual con su hijo. Siguiendo sus instintos de padre y como profesional, consultó con expertos en el campo, tomó nota detallada de sus descubrimientos, incluyendo las sesiones de regresiones hipnóticas de vidas pasadas. Su búsqueda y acceso a una poderosa sabiduría, resultado de esa experiencia, está documentada en su libro Buscando a Jordan/Seeking Jordan (2016).
Hay un plan, un propósito
“Si has perdido a alguien a quien amas profundamente, o te obsesiona tu mortalidad —leemos en el prólogo—, es difícil evitar preguntarte sobre la vida después de la muerte, la existencia de Dios, las nociones del cielo y el infierno, y por qué estamos aquí en primer lugar.
El mensaje del espíritu de Jordan transmitido a su padre, no es distinto al de Platón que en su tiempo afirmaba: “Cuando la muerte se precipita sobre el ser humano, la parte mortal se extingue, pero el principio inmortal se retira y se aleja sano y salvo.” Las investigaciones modernas sobre la eternidad del espíritu, así como una multitud de testimonios publicados, de personas que han trascendido a otra dimensión y que han tenido la oportunidad de regresar a la vida, confirman la existencia del alma.
Consideremos pues, que la muerte es la separación del cuerpo y que después de ella, el alma vuelve a la dimensión espiritual del universo.
McKay describe en su libro, las revelaciones que recibió de Jordan sobre la vida después de la muerte, cómo funciona el karma, por qué encarnamos, por qué hay tanto dolor en el mundo, la única fuerza que nos conecta y nuestro futuro como almas. Desde el momento en que nacemos, hay un plan para nosotros: aprender. Aprendemos de las rupturas; de las pérdidas, del dolor. Desde este punto de vista, la reencarnación, aceptada por culturas milenarias y cada vez más por la gente, es una ley universal que nos atañe a todos. Incluyendo a los ateos.
A diferencia de muchos libros sobre la comunicación después de la muerte, las experiencias cercanas a la muerte y los recuerdos de vidas pasadas, Buscando a Jordan es un libro convincente para aquellos que aún no creen y anhelan saber qué sucede después de la muerte.
El Jardín de la Sombra y la Luz
Tras la conexión espiritual con su hijo, el Dr. McKay creó un blog para explorar el propósito de la vida; en ese medio examina las tareas espirituales y las verdades que nos ayudan a hacer aquello que vinimos a realizar en esta vida, a pesar de nuestra memoria limitada, del dolor y el miedo a causa de nuestras pérdidas. En el jardín de la sombra y la luz nos aferramos al día, aunque a este siga la oscuridad de la noche. Nuestra tarea es tratar de ver a través de esa oscuridad.
Tarde o temprano, la oscuridad también llega a nuestra vida en forma de dolor, ese maestro rígido y cruel que acompaña una gran pérdida. Aprendemos de él, temiendo que la luz del sol no volverá a alumbrar en nuestra vida. Pero el dolor es una senda hacia la verdad porque refracta la luz y nos revela cosas que de otro modo no vemos, como los lazos invisibles y la vasta red de energía que lo conecta todo. En el corazón del dolor y la pérdida está el amor. Si huimos del dolor, huimos del amor, porque al evitar el dolor perdemos las rutas de conexión. En el corazón del dolor está el momento en que el universo y nuestro lugar en él finalmente se vuelve visible. El plan consiste en aprender a soltar el dolor que retenemos y que cargamos como un destino feroz. La lección se aprende cuando nos liberamos, aceptando la muerte, no como una pérdida, sino como lo que es: una transición.
Acceder a la sabiduría profunda, acumulada a lo largo de muchas vidas, (llamado Registro Akásico por los místicos) es una habilidad espiritual que está despierta en los genios y en los empáticos. Implica escuchar al atman, la parte de nuestra alma que permanece en el mundo del espíritu durante cada encarnación. Cada elección, cada decisión, incluso en los primeros años de vida, se toma sabiendo cuándo y cómo escuchar.
Escuchar requiere esperar, sin actuar. Esperando a que pase el impulso para reconocer si está originado en el miedo o en el deseo. En el momento del impulso, accedemos al atman, lugar de paz y serenidad en donde podemos observar cómo el sentimiento aumenta y disminuye. Es entonces que escuchamos el susurro de lo que siempre hemos sabido.
La vida después de la muerte
Canalizando a su difunto hijo, el psicólogo de Berkeley nos ofrece una guía, revelando con vívidos detalles qué esperar y cómo prepararnos para las maravillas de la vida después de la muerte.
Al describir específicamente la experiencia de transición y las primeras etapas de la vida posterior a la muerte, incluyendo cómo navegar por cada etapa, Jordan muestra cómo la muerte es un reino fluido, de imaginación e ingenio, un paisaje luminoso. El verdadero paraíso.
Un alma que acaba de cruzar “el túnel de luz” abandona todo lo que le ha anclado al mundo. Jordan describe cómo navegamos en el infinito, cómo aprendemos y crecemos en el mundo de los espíritus; enseña, además, cómo se libera la ansiedad sobre el final de la vida y cómo aprender a verla como otra etapa del ser.
El infierno descrito por Dante y transmitido después por la Iglesia, es tan solo una alegoría, convertida en pesadilla opcional por el ser humano y causada por proyecciones de pensamiento que abruman al alma en transición. Según Jordan, los bardos son “espacios o dimensiones” donde las almas que están acosadas por el miedo y las obsesiones, pasan tiempo aprendiendo y recuperándose, en preparación para la próxima vida en el mundo material.
La lectura de Buscando a Jordan nos brinda un alivio profundo a la ansiedad y el miedo a la muerte, así como ejercicios para prepararse y tener idea del más allá y la comunicación espiritual. Su mensaje nos revela, cómo el amor es el elemento de unión inquebrantable entre los vivos y los muertos y por ende entre las almas.
Matthew McKay se desempeña actualmente como director de la Clínica de Terapia Cognitiva y de Conducta en Berkeley. Ha explorado temas espirituales y de la vida después de la muerte en dos libros anteriores: ¿Por qué? y Tu Vida con Propósito. También es autor de libros de psicología profesional y de autoayuda, incluyendo Pensamientos y Sentimientos, Mensajes, Mente y Emociones, Autoestima, Prisioneros de Creencia y muchos otros.