TANATOLOGIANDO
LAURA SALAMANCA L.
PORQUE NO HABLAR DE MUERTE
Porque es un tema de los que más trabajo cuesta hablar, ¿pero por qué? si la muerte la traemos dentro de nosotros. Diariamente mueren miles y millones de células dentro de nuestro cuerpo y aun así nos resistimos, como si al evitar hablar de la muerte esta no llegara. Y la muerte solo sucede, y lo único que necesitamos hacer para experimentarla, es nacer pero preferimos no hablar de ella o si lo hacemos lo hacemos en voz baja.
La verdad es que la vemos tan alejada a nosotros que no la metemos en nuestros planes y pensamos que a otros si les puede suceder, pero a mí pues no.
Sin embargo sería muy beneficioso que la incluyéramos en nuestros planes así como deseamos con ilusión y esperamos con ansia cuando alguien va a nacer. Y definitivamente sucederá cuando tenga que pasar y sería tan bueno abordar el tema de nuestra propia muerte, esto no la va a evitar pero nuestros seres queridos tendrían un conocimiento de nuestras preferencias y decisiones que en el transcurso de la vida vamos cambiando para cuando llegue el momento.
Hablar de nuestra propia muerte puede irnos despertando a vivir con mayor intensidad y con mayor calidad de vida el momento presente. Nos va haciendo más conscientes en un despertar para vivir mejor.
Entonces podríamos hasta reflexionar si realmente ha valido la pena lo que hemos hecho por nosotros mismos y por los demás y comenzaremos a disfrutar cada instante, como disfrutar una comida a cada bocado, masticando sin prisa y sintiendo cada ingrediente de la comida (esto también nos ayuda a agradecer a la planta o al animal que dio su vida para podernos alimentar) o ponernos una ropa cómoda y disponernos a escuchar la música que más nos agrada ( a veces solo nuestra piel sentirá el placer de la música, pero otras veces nos evocara ciertos tipos de recuerdos) o disfrutar de la plática de alguien con quien nos encanta estar y detenerse en los detalles como por ejemplo: como mueve la boca cuando habla o que miradas refleja al hablar con nosotros, si nos mira de frente o prefiere mirar hacia otro lado. Esos pequeños detalles en los que nunca nos habíamos detenido a observar, o al quedarse mirando una planta o unas flores y fundirse con su movimiento si hay viento, esos momentos de abstracción donde parece que el tiempo se detiene y al cabo de unos minutos o hasta algunas horas donde parece que el tiempo no pasó. Pero este mundo nos ha llevado a vivir tan de prisa que ya difícilmente nos detenemos y eso nos ha dejado como consecuencia que perdamos habilidades de observación, y solo nos genera estrés y cansancio, el día no nos alcanza para nada y si no hacemos un alto, llegaremos a una muerte sin sentido, ya que teníamos tantas obligaciones que no nos quedó ni un minuto para nosotros, cuando se le invita a la gente a clases de meditación, lo más común en sus respuestas es “no tengo tiempo” y si no lo hacen en casa lo único que están tratando de decir es “ no me interesa ver por mi” es más importante mi exterior yo no importo ya que tengo que ver por los míos. Y esto es parte de una cultura que nos invita a hacer
cosas por los demás como si nosotros fuéramos trasparentes y claro a la familia se le cubren las necesidades y quizás el apoyo a los amigos y como si esta persona por ser altruista y preocuparse por los otros, los demás puedan interpretar que él no necesita ayuda, como si no fuera de este planeta. Por eso cuando una persona empieza a ver por sí misma, hasta rara se siente porque no está acostumbrada ya que primero están los demás y nunca queda tiempo para él o ella. Habrá que cambiar esa actitud ya que si estamos bien nosotros, podemos servir mejor a los demás. Cubro mis necesidades y ahora si puedo ver por los demás sin abandonarme.
Así cuando llegue la muerte será sin temores, sin pesares y sin arrepentimientos, y seguramente que nuestros familiares quedaran satisfechos que vivimos con plenitud y hasta quedarán más tranquilos (cuantas veces cuando se muerte alguien y más si es un o una joven, se piensa que no estaba haciendo lo que más quería hacer, o si es un adulto o un adulto mayor, algunos familiares terminan diciendo “es que nunca tuvo tiempo para él/ella, todo en su vida fue trabajo” o “pobre cargaba una gran cruz y tuvo mucho sufrimiento”. Y es que de no vivir en plenitud, quedara la posibilidad de haber muerto muchos años atrás sin haberse dado cuenta que hemos vivido muriendo, o como se dice, andamos muertos en vida. Como robots solamente haciendo lo que nos corresponde sin haber sentido nada de plenitud, solamente con la obligación de lo que me tocaba hacer en la vida y así llegará la segunda muerte, que es la física, sin haber encontrado el sentido de vida y eso es muy triste.
Tenemos que hacer el hábito de estar al 100%, viviendo plenamente nuestro día a día.
La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos
Antonio Machado
Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada produce
una dulce muerte
Leonardo da Vinci