Elizabeth Ortiz
Conversaciones del Taller Malix
Tema 1: La diferencia entre una mujer y un hombre
Parte 14 Cuadrado
Estaba sentada frente a mi escritorio con la mirada fija en la pantalla de mi computadora, eran casi las seis de la tarde del viernes. Laura me esperaba ansiosa en la puerta de mi cubículo: iríamos juntas a la despedida de soltera de Roxana.
No lo podía creer, acaba de recibir un correo electrónico del contador. No es que me caiga mal, de hecho, es muy buena persona, pero a diferencia de mi jefe este hombre es tan cuadrado. Supe que su correo me iba a retrasar, ¡a todo le pone peros! “No te quedes ahí parada, ¡ven a ayudarme a ver qué quiere este señor!”, le dije a Laura.
Para variar, se trataba de una lista gigante de observaciones a los comprobantes de gastos de la oficina. Decía que algunos gastos no eran deducibles por no ser estrictamente indispensables, “Solo el oxígeno es indispensable para este hombre”, me quejé con mi amiga. Abrí los archivos PDF para revisar el concepto de los gastos que estaba rechazando:
- Depilación laser.
- Eliminación de estrías y flacidez facial con radiofrecuencia.
- Fotorejuvenecimiento con IPL.
- Endomodelaje corporal.
- Tratamiento del acné con fotodepilación.
“Pero ¿qué le pasa? ¡La imagen en los negocios lo es todo! ¿Tú qué piensas de esto?”, le pregunté a Laura. Ella se encogió de hombros y me dijo: “¡Ya vámonos, Norma!, el lunes te peleas con El Conta, ya sabes cómo es”. Convencí a Laura de que me esperara quince minutos, no quería irme con ese pendiente porque no iba a poder disfrutar de la fiesta.
“Se nota que al El Don no le importa su aspecto en lo absoluto, siempre viene con sus trajes a la onda retro”. No pude quedarme con las ganas de desquitarme echando algo de veneno. Seguí revisando los conceptos para convencerlo de meter los gastos dentro de las deducciones del mes; explicaba de una manera, muy convincente, de que estos cambios de imagen fueron un factor determinante en el crecimiento de nuestra cartera de clientes en el último año. Cuando abrí el último archivo, Laura se sobresaltó. “¿Implantes mamarios?, no sabía que los hombres también se los pusieran”, me dijo sorprendida. “Pues ya lo sabes”, le contesté, agregando: “¿A poco creías que ese cuerpecito de mi jefe era natural? “Como bien dices, está hecho a mano… pero del cirujano”.
Elizabeth Ortiz, Ciudad de México en 1975. Orgullosamente Cancunense desde el año 2000. Licenciada en Contaduría Pública se desempeña como Agente de seguros. Tiene obra publicada en las memorias colectivas Ladro, luego escribo de 2019 y 2022 y es una feliz Tallerista Malix gracias a la escritura a ha descubierto habilidades desconocidas y grandes amigos.
lizortizrios@gmail.com