Editorial

Cecilia Carranza – Conversaciones del Taller Malix

Cecilia Carranza

Conversaciones del Taller Malix

  

Tema 1: La diferencia entre una mujer y un hombre

Parte 15 INTER 46XX

 

“La creación literaria se asemeja a una eyaculación” …

la escritura siempre acababa asociada a la actividad del pene,

pero yo no le daba importancia y lo traducía,

me llegaba ya traducido en realidad,

la creación literaria era orgasmo,

sí, pero sin distinción de femenino o masculino.

Annie Ernaux, La mujer helada

 

Gracias por tu interés en hacerme esta entrevista. ¿Que cuáles son las diferencias entre una mujer y un hombre? Inicialmente podría hablarte de las biológicas y fisiológicas obvias, ellos con los órganos sexuales expuestos y ellas escondidos. Podríamos incluir tamaño y fuerza muscular física, velocidad y resistencia. Un siguiente nivel podría ser aquel de los roles, acuerdos-acordados o acuerdos-implícitos, que llevan a uno y a otro a actuar de cierta forma, a tener gustos por algunos deportes, comida, compras, bebidas alcohólicas, salir a trabajar y proveer económicamente o quedarse en casa y cuidar de los hijos. Tal vez te preguntes: ¿quién es más empático? ¿quién tiene el cerebro más grande y tiene mayor memoria? ¿a quién se le dan mejor los números? ¿quién tiene más vello corporal y facial? ¿quién el tórax y hombros más anchos?

Notarás que intelectualmente las diferencias se han diluido. Hoy, ambos pueden ser directores de grandes empresas, médicos, astronautas, deportistas y padres-madres, aunque sea por adopción. ¿Eres XY o XX? ¿Aportas un espermatozoide o un óvulo? ¿Produces testosterona o estrógenos? ¿Tienes testículos, escroto, próstata y pene? o, ¿tienes ovarios, trompas de Falopio, útero, vagina y vulva? ¿Tienes mayor o menor masa muscular? ¿Tu voz es grave, con una gran nuez de Adán o aguda y tienes poco vello facial?

Podrías afirmar verdaderamente, ¿que el varón es más práctico y lógico y que la fémina es más sentimental y social? ¿que las damas buscan ser escuchadas, relacionarse y compartir, a diferencia de aquellos que buscan aislarse y tener su privacidad? ¿O es una falsedad o una verdad a medias?

Te cuento que mis padres se conocieron en el fisicoculturismo. Por años, ambos ganaron concursos nacionales e internacionales como Mister México, Arnold classic y Super Natural. Tuvieron grandes éxitos haciendo uso tanto de la testosterona como de los esteroides anabólicos. Hasta que ella, milagrosamente y sin haberlo planeado, un día se embarazó.

Así que mi madre, es la esposa, es la hembra, femenina o no, que se quedó en casa cuidando de los hijos a partir de que nací yo y después mis hermanos. Mi padre, el sujeto masculino, el macho frustrado, el Mister México tuvo que buscar un nuevo trabajo, generar dinero para sostener a la familia, desinflando así su musculatura. Con su carrera truncada, tendía a explotar enojado al llegar a casa. Con frecuencia, el cinturón fue la herramienta preferida para educar, el fuete que asestaba, para atizar la pasión en sus vástagos y ser como ellos esperaban que fuéramos. Esos eran mis padres, cada uno con sus ideas divisorias, mentes pragmáticas o románticas y emociones diversas; ambos en el intento de complementarse y en miras de tener un camino y futuro familiar en común, con unos hijos exitosos como lo habían sido ellos.

En el útero estuve bajo la influencia de gran cantidad de hormonas masculinas que mi madre ingirió o se inyectó. Te has de preguntar quién soy y el porqué de esta entrevista. Yo soy la indefinición. Ocupo un cuerpo que no siento mío, me faltan tetas y me sobra pene. Como un guante, quisiera volcarme hacia dentro y crear el camino vaginal. Mi diagnóstico es “intersexualidad 46 XX”. Tengo los cromosomas de una mujer y los ovarios, pero mis genitales son externos, tengo un clítoris tan grande que más bien es un pene. Antes me catalogaban como pseudohermafrodita femenino.

Vivo con angustia y estrés, buscando la aceptación y la inclusión, aunque no sé si de mis compañeras o compañeros. Siento el rechazo profundo de ambos. Agradezco a los fans que me aplauden y se identifican conmigo; cada vez hay más similares a mí, ya sea por nacimiento o por elección. Nací en un cuerpo equivocado e indefinido. Soy hermafrodita. Fui criada como niña, una pequeña difuminada y frágil que se volcó a escribir en su cuaderno para explorar lo inexplicable que sentía, pero en la pubertad empecé a tener los rasgos de un chico; adquirí músculo y fuerza. No me siento mujer, no me siento hombre, no sé quién soy más allá del deportista de alto rendimiento y quién teclea sus memorias. El deporte y la literatura son mis dos únicos refugios, la expresión creativa es mi eyaculación y orgasmo. Este que tienes en tus manos, es mi libro, es la historia de mi vida que hoy le está dando luz a muchos como yo.

Mi nombre es Semenya Jiménez, soy una atleta intersexual y escritore con hiperandrogenismo. Estoy entrenando para competir y ganar en los 400 metros planos, en las próximas olimpiadas en París.

Cecilia Carranza, Psicoterapeuta Gestalt. Certificada en Learning Love Institute. Capacitadora en Meditación y Trance en India. Se inició en la escritura en los talleres de Alicia Ferreira.  El journaling que surge de la meditación y el silencio interior son su nueva manera de expresión escrita, es una orgullosa integrante de Malix. Sus cuentos han sido publicados en diversos medios y actualmente escribe una novela.

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