MIRANDO DESDE LA VENTANA
GUILLERMO ALMADA
Mirando desde la ventana,
igual que anacoreta,
como pasa la noche,
y se va lo remordido.
La oscuridad, lo negro,
el silencio que antecede
y precede cada palabra,
cada fonema, cada dígrafo.
En una espera inmóvil,
sumido en la ataraxia
de horas infinitas.
El fin de la entropía
se percibe.
Hay un éxtasis oliendo rancio,
y no es parosmia.
Cae en espiral la angustia.
Un estado de las cosas
que predice un caos aparente,
mientras se añeja un hondo sentimiento
en un rincón del bote de basura.
Tal vez persiga con fervor
los rastros de un pasado amable,
para romper las reglas
y reinterpretar el mundo.
Tal vez.
O inicie una rebelión compartida
en busca de lo absurdo
que queda refugiado en la memoria.
Desde lo mineral
una obsidiana partida
lastima con su filo de silicio
toda esta soledad que me secuestra.
Hay algo sideral que impera
esta compleja maquinaria
y que encuentra su explicación
desde lo cuántico,
o bien podría decirte
que te extraño