Editorial

La antología Chakalona, deVitrali Ediciones – Ernesto Adair Zepeda Villarreal

La antología Chakalona, deVitrali Ediciones

Ernesto Adair Zepeda Villarreal

Fb: Ediciones Ave Azul X: @adairzv YT: Ediciones Ave Azul Ig: Adarkir

 

Una antología, en mi opinión, es un espacio de divulgación y de aprendizaje al mismo tiempo. Además, permite recopilar una serie de obras que dan testimonio de la manera de hacer literatura de un grupo y tiempo, y en muchos casos, de un tema que aglutina a cada uno de los participantes. ´La Antología Chakalona, letras de barrio´ es una propuesta entre graciosa y pertinente que da testimonio de los modos de vida que suceden en la ciudad capital y el área metropolitana. El barrio se ha configurado en el imaginario colectivo como sinónimo de lo simple, de lo poco ortodoxo, de lo caótico, de los escalones más bajos de la sociedad, y de la forma más estrafalaria de sobrevivir en el mundo moderno. El barrio es un sitio encantado donde los personajes (sobre)viven a pesar de la carencia económica, en situaciones violentas y de mucho de lo que se denomina #MéxicoMágico. Por eso, esta obra en la que tengo el placer de participar, redime un tanto esa idea de lo vulgar, al compilar la literatura que existe alrededor de estos modos de vida. El barrio es chido, pero también complejo culturalmente hablando.

En este caso, la compilación estuvo a cargo del joven escritor Bruno Bellmer (CDMX) y contó con 20 participantes: Alegría Mendoza, Ricardo Silva Guadarrama, Gerardo Madrid, Magno Huautla, Santiago Gasca Santillán, Adair Zepeda, Jairo Molina, Mauricio M. Sánchez, Eurípides Randón, José Manuel Villegas, Hito Japonés, TeMok, Olivia Moreno, Umbran (Iker Nol), Julio Cesar Vega (Tukan), Evelya Yvel y Miguel Neg. Cada uno de estos autores expone su visión de hechos que acontecen y suceden en este submundo de la sociedad mexicana, con algunos temas recurrentes como la conciencia de la diferencia racial, la normalización de la violencia, el futbol y los sueños frustrados. Esta edición fue editada en 2023 por Vitrali Ediciones, con 94 pp. La corrección y portada estuvieron a cargo de N.I.T.B. Aunque cada uno de los autores tiene algo sobre lo que se puede ahondar, y el espacio es poco como para no cometer el error de obviar a alguno de ellos, sí es digno de mencionar que las escritoras que participan sobresalen por sus méritos propios, y adicionan una capa de relevancia mayor a esta colección de vidas.

Muchas de las obras presentadas son narrativas, aunque hay un par de poemas, que reproducen algunas dolencias del espectador frente a las diferencias tangibles de quienes han cruzado por el barrio respecto a quienes no lo entienden. En la narrativa, las voces y estilos son diversos, además de centrarse en distintos temas que convocan al lector a reconocer pasajes de lo cotidiano en esas historias. Más allá de lo simple, de lo evidente, las historias ponen la piel a cubierto al renombrar el cúmulo de experiencias a las que están expuestas las personas que viven en esta comunidad, y que entienden y empatizan esas situaciones por ser tan propias de su entorno inmediato. En la mayoría de los casos, el fracaso de ver los sueños irse es lo que va hilvanando cada historia, y se adosa tanto por el lenguaje como por la experiencia ante esas derrotas. Sin embargo, no queda tiempo de relamerse las heridas, por la vida continúa y nadie más nos puede sacar adelante. La herida se porta abierta porque no hay tiempo para que cicatrice. Además, en muchos casos el lenguaje hace eco de complejidades sociológicas que no nos sorprenden por lo anecdótico, en palabras que son nuestras, en vidas que son las nuestras.

Como reflexión general, esta antología nos transporta a un sitio que puede ser cualquiera, con personajes que conocemos y reconocemos en nosotros mismos o en nuestro entorno, donde la validación de los sueños rotos queda contenida por la necesidad de continuar adelante, no por principios sino por necesidad, con una forma literaria de resiliencia que nace de la observación, de la anécdota y de la autopercepción de esos elementos en el entorno. Cabe mencionar que es un gran goce el poder compartir el espacio con estos autores, hombres interesantes, mujeres de gran valía, y quizá alguna que otra figura retórica de esta argamasa de posibilidades modernas de la autopercepción. Por sí misma, la edición es buena, y la presentación del libro es bastante agradable, coronada por la tipografía de portada en la clásica visualización de los rótulos de tiendas tradicionales de la colonia. Cada detalle concurre en la belleza extraña que proviene del barrio, y en esa identidad redimida de quienes reconocen que esa cosmovisión semiurbana, Inter temporal y colectivizada, es también propia. Los lectores de esta antología también podrán encontrar un reflejo de su mundo, reconociendo que esas historias y du documentación son parte de nuestro quehacer cultural moderno.

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