Usuarios en redes sociales criticaron al expresidente Alberto Fujimori por reabrir sus redes sociales en medio del juicio oral que enfrenta por el caso Pativilca, en el que se busca justicia por la muerte y desaparición forzada de seis pobladores de la Pampa de San José y Caraqueño, registrada el 29 de enero de 1992.
El martes 5 de marzo el exmandatario creó una cuenta en TikTok, una página web oficial, y reabrió las que usaba en Facebook y X (antes Twitter), según él, para poder defenderse de las acusaciones en su contra, respecto al crimen mencionado que se le imputa.
“Estimados amigos, para ampliar mi defensa expuesta en las audiencias judiciales, en las que se dispone obviamente de un tiempo limitado, he decidido reabrir mis redes sociales oficiales”, manifestó. Luego, mencionó los usuarios que utiliza en estas plataformas.
Un conjunto de personas reaccionó de forma negativa hacia el video publicado por Fujimori, pues ya no se le ve con la cánula nasal ni el balón de oxígeno, que sostenía al abandonar el Penal Barbadillo, luego de que el Tribunal Constitucional declaró procedente el indulto humanitario que le otorgó Pedro Pablo Kuczynski.
No es la primera vez que se le ve sin estos implementos. El pasado 26 de febrero el programa La Encerrona reveló imágenes en las que se vio a Alberto Fujimori de la misma forma, en un almuerzo privado dentro de una casa ubicada en La Planicie, una exclusiva urbanización del distrito de La Molina.
Esto causó sorpresa a la audiencia, precisamente, porque el lunes 4 de marzo Fujimori, a través de sus abogados, pidió a la magistrada Miluska Cano, titular de la Cuarta Sala Penal Superior Nacional Liquidadora, que las audiencias del juicio por el caso Pativilca se programen como máximo dos veces por semana. Explicó que su pedido se debe a su mal estado de salud.
“Solicitaría que, por favor, se pudiera programar, a lo máximo, dos audiencias por semana, porque tres me producirían un fuerte estrés, tensión que agravaría mi condición de salud. Yo sufro de desfibrilación auricular paroxística, una enfermedad al corazón; y sufro también de fibrosis”, dijo.
Al no verlo con los implementos que lo protegerían de estas enfermedades, los usuarios reaccionaron con comentarios de burla e indignación, que pusieron en duda su estado de salud.
“El primer enfermo terminal a punto de morir, que se cura y hace vida social en redes sociales”, señaló uno de los críticos.
Cabe resaltar que una de las razones por las que los congresistas y miembros de Fuerza Popular pedían la excarcelación de Alberto Fujimori era su deteriorada condición de salud. La última vez que Fujimori requirió hospitalización fue en abril del año pasado, cuando fue trasladado desde la prisión de Barbadillo a un hospital en Lima debido a una frecuencia cardíaca irregular.
Además, el dictador sufre de gastritis y lesiones en la lengua conocidas como leucoplasia, consideradas precancerosas. Pese a ello, recientemente se le ha visto luciendo, sonriendo y caminando sin ayuda.
Durante febrero, se comunicó que experimentó mareos y se desmayó debido a una hipotensión muy pronunciada. Fue llevado al área de emergencia de la clínica Internacional y, tres horas más tarde, fue dado de alta sin que su condición empeorara.
Lo que más sorprendió a los ciudadanos es que luego de cinco días de este hecho Alberto Fujimori dio sus primeras declaraciones en un centro comercial, después de que abandonó el Penal Barbadillo. Se dirigió a los peruanos y peruanas a pesar de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) se lo prohibió.