Editorial

MOVIMIENTO RELATIVO – GUILLERMO ALMADA

MOVIMIENTO RELATIVO

GUILLERMO ALMADA

La vieja estación del tren,

vacía, desolada.

Los ojos arrastrando

imágenes pretéritas.

En el barrio de ayer no queda nadie.

Fui a sentarme en aquel banco,

y aún persisten las caricias

que dejamos esa vez.

Los caramelos de naranja.

Los chicles.

Los chocolates.

El sabor picante

de los Particulares treinta.

En donde estaba la fuente

ahora hay un cantero,

y han florecido los peces de colores.

Ya no arrojan monedas

pidiendo tres deseos.

Hay una inercia

que lo pone todo

en un movimiento relativo.

No es suficiente regresar.

Conviene readaptarse,

aprender el idioma nuevamente.

Poder mirarse otra vez

en los viejos espejos

sin el miedo de distorsionar.

O de no aparecer.

Es una marea de sucesos el recuerdo.

Imágenes en sincro,

en un tempo obsoleto

y sincopado.

Como un divagar acompasado,

con aires de soledad,

que valbulea desparejo.

Así anduve la ciudad,

ese valle enterrado

entre calles y esquinas,

como un transmigrado,

infructuoso, buscándome,

suscitando la curiosidad

por los años de mi ausencia.

Y ya no supe si era yo

el que cruzaba aquella calle,

el parado en la esquina,

el del reflejo en las vidrieras.

Tal vez no debía estar allí.

Partículas de mí se desprendían

y eran arrastradas por el viento.

Y qué, si acaso sólo era un fantasma.

Y qué, si solo era un recuerdo,

tu recuerdo…

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