Los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza dejaron más de 80 muertos en las últimas 24 horas, anunció Hamás el martes, y cerca de 450,000 palestinos han tenido que huir de los sectores atacados en la ciudad de Rafah, donde Israel amenaza con lanzar una gran ofensiva.
La guerra en Gaza entre Israel y el movimiento islamista entra en su octavo mes, cuando el Estado hebreo conmemora este martes el 76 aniversario de su creación.
En ese pequeño territorio palestino asediado y asolado por bombardeos y combates, la población civil, desplazada varias veces desde el inicio del conflicto, vuelve a las carreteras tratando de encontrar refugio, aunque la ONU afirma que «no hay lugar seguro en Gaza».
El secretario general de la ONU, António Guterres, está «horrorizado» por la creciente actividad militar de Israel en Rafah y sus alrededores, dijo un portavoz el martes.
En ese pequeño territorio palestino asediado y asolado por bombardeos y combates, la población civil, desplazada varias veces desde el inicio del conflicto, vuelve a las carreteras tratando de encontrar refugio, aunque la ONU afirma que «no hay lugar seguro en Gaza».
El secretario general de la ONU, António Guterres, está «horrorizado» por la creciente actividad militar de Israel en Rafah y sus alrededores, dijo un portavoz el martes.
«Muy aterrador»
«Están agotadas, hambrientas y constantemente asustadas», dijo la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa).
Los combates se suceden en este sector, donde Hamás aseguró haber lanzado obuses contra soldados desplegados en el paso fronterizo de Rafah después de que entraran con tanques el 7 de mayo en el este de la ciudad.
Las fuerzas israelíes cerraron este paso, crucial para la entrada de ayuda para una población amenazada de hambruna en Gaza, según la ONU. Egipto e Israel se acusaron mutuamente el martes de la responsabilidad del bloqueo.
Los bombardeos también afectan al oeste de Rafah, sobrevolada constantemente por la aviación israelí, según testigos. «Los bombardeos y los ataques aéreos son continuos. Es muy aterrador. Tengo miedo por mis hijos», dijo a AFP Hadil Radwane, de 32 años, desplazado del oeste de la ciudad.
En el norte de la Franja, a los palestinos también se les ordenó abandonar algunas áreas después de que se reanudaran los combates, en particular en Jabaliya y la Ciudad de Gaza, donde, según el ejército, Hamás está tratando de «reponer sus capacidades militares».
Tras el ataque del 7 de octubre, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió destruir a Hamás, que tomó el poder en Gaza en 2007 y al que considera una organización terrorista, al igual que Estados Unidos y la Unión Europea.
Para ello, está decidido a lanzar una gran operación en Rafah donde, según él, se encuentran atrincherados los últimos batallones de Hamás.
«Un error»
Estados Unidos, el principal aliado de Israel, pone en duda que una operación en Rafah pueda eliminar al movimiento palestino.
«Sería un error lanzar una gran operación militar en el corazón de Rafah que pondría en peligro a un gran número de civiles sin un claro beneficio estratégico», estimó la Casa Blanca.
La Corte Internacional de Justicia anunció, por su parte, que celebrará audiencias esta semana sobre la ofensiva en Rafah, a petición de Sudáfrica, que exige a Israel que retire sus tropas de esa ciudad.
El ataque del 7 de octubre de comandos de Hamás en el sur de Israel mató a más de 1,170 personas, en su mayoría civiles, según un balance basado en información oficial israelí.
Más de 250 personas fueron secuestradas durante esa ofensiva y 128 permanecen cautivas en Gaza, de las cuales se cree que 36 murieron, según el ejército. Como respuesta, Israel lanzó su represalia área y terrestre en la Franja de Gaza.
En cuanto a las negociaciones para alcanzar una tregua, el primer ministro de Catar, país mediador, consideró este martes que la operación en Rafah ha hecho retroceder» las conversaciones con Hamás y ahora están en una situación «casi de estancamiento».
Catar afirmó, además, que la ayuda humanitaria no ha podido llegar a Gaza desde el 9 de mayo, denunciando una «catástrofe humanitaria», según un portavoz.
En Israel, la policía inició una investigación después de que un grupo de activistas bloqueara y destrozara al menos siete camiones de ayuda humanitaria destinados a Gaza.