POR DONDE SEA QUE MIRO
GUILLERMO ALMADA
Por donde sea que miro
veo la marca de tus pasos,
ese vacío que es una huella
de tu huella.
Ese espacio que una vez
ocupó tu cuerpo,
el silencio que antes
fue sometido por tu voz.
Tiendo a perseguir ese rastro
de tu esencia que supo ser misterio,
ese vestigio futuro de tu magia,
que se adivina en la nada misma
de un cuarto desocupado,
en donde ostentan tu historia
una cortina y un camastro.
Desde la ventana, un gato
me mira con tus mismos ojos,
y baja la cabeza.
Muevo las cuentas del rosario
con el pulgar, y siento
que es un manto cálido la tarde.
El viento arrastra el aroma
de los eucaliptos,
impregnándolo todo.
Mueve la cortina.
Espanta al gato.
Y me trae la imagen de tu cuerpo
en el espejo. Esa,
que mis ojos aprendieron a reconocer.
Y, hoy, apenas si alcanzan
a darse cuenta de tu ausencia.