Editorial

El abuso político del sistema judicial en Estados Unidos – Gloria Chávez Vásquez

 El abuso político del sistema judicial en Estados Unidos

Un arma desleal contra el candidato presidencial Donald Trump

Gloria Chávez Vásquez

Los críticos de los juegos políticos de los demócratas contra Donald Trump sostienen que el partido está aterrorizado de que el candidato republicano derrote a Joe Biden en las elecciones de 2024. Por eso han orquestado un circo, sin precedentes, de condenas, para eliminarlo de la contienda electoral. No, no es Cuba, Nicaragua o Venezuela, ni siquiera Colombia, son los Estados Unidos de Norteamérica.

Los más valientes y honestos de ambos partidos han denunciado la siniestra agenda: que los demócratas radicales han formado una tormenta en un vaso de agua para distraer a los votantes de la corrupción de la administración de Biden, que incluye los negocios personales ilícitos con Ucrania y China, a través de su hijo Hunter y otros familiares; sin olvidar el desastroso manejo de los asuntos nacionales (desestabilización de la economía, inflación, invasión migratoria etc.) así como el vergonzoso y peligroso doble standard en los temas internacionales.

Alan Dershowitz, demócrata liberal, abogado constitucionalista, profesor emérito de Harvard y comentarista de prestigio internacional, declaró que, con la condena de Donald Trump, el sistema de justicia en Estados Unidos se ha debilitado y desprestigiado, pues se está utilizando como un arma política contra un opositor. Dershowitz, advierte que “esta condena cambiará el sistema de justicia para siempre» y «lo convertirá en un arma para tratar de ganar elecciones».

En el caso de Donald Trump a quien extremistas demócratas como Hillary Clinton, con la complicidad de la prensa de izquierda y sus adeptos, han tratado de destruir desde que se lanzó a la presidencia en 2016, cuando montaron la trama del Rusiagate. El fiscal del distrito Alvin Bragg corrió para el puesto que hoy ostenta, prometiendo incriminar y enjuiciar a Trump. Este juicio se ha llevado a cabo en el condado de Manhattan donde más del 80% votó por J. Biden. Se sabía que en este condado no era posible hacerle un juicio justo a D.T. Conseguir un jurado imparcial era una utopía.

El delito en cuestión, el pago de $130.000 a la actriz porno Stormy Daniels para mantener silencio en su alegación de que, años antes de 2016, cuando Trump tenía aun una vida privada, pasaron una noche juntos. Este pago se registró como un gasto legal en los libros de contabilidad. Pero Bragg presentó 34 cargos, elevando así la gravedad y asumiendo que el interés de Trump, más que proteger su reputación y su familia, era que no le afectara en la campaña presidencial de 2016 y que por lo tanto había violado la ley electoral del estado de Nueva York. Para ello, el fiscal negoció el falso testimonio del exabogado de Trump Michael Cohen.

Pero, ¿por qué se presentó el caso ahora, justo cuando Trump se postula para presidente, cuando las decisiones anteriores de la fiscalía descartaron que existía una problemática?

Un juez parcializado

La antipatía del juez asignado, ha sido documentada una y otra vez por los analistas que observan su torcido manejo del caso Trump. Al conflicto de intereses de Juan Merchán, se suma el hecho de que es un donante demócrata y su hija dirige una operación anti-Trump que está ganando dinero con el comportamiento nada ético de su padre en la corte. El hecho de permitir que Merchán presida el caso es en sí, una falla del sistema judicial de Nueva York. La pregunta es si se le asignó a Merchán la tarea de «aumentar la posibilidad» de que hubiera condena o si fue su propia iniciativa usar el sistema judicial como arma contra un candidato presidencial de la oposición.

En vista de las irregularidades, la representante federal republicana, Elise Stefanik, presentó una queja oficial por mala conducta ante el Sistema Judicial Unificado del Estado de Nueva York. La congresista señala la dudosa selección “casual” de Merchán, demostrando que el juez de origen colombiano, ya había manejado negativamente otros dos casos con motivación política contra Trump. “Quienquiera que haya hecho la asignación, seleccionó intencionalmente a Merchán para aumentar la posibilidad de que Donald Trump, la Organización Trump y Steven Bannon fueran condenados”, afirma Stefanik. Como el fiscal, este juez quería una condena y la logró.

Desbaratando el sistema

Dershowitz razona que «Si hubiera habido una absolución, por lo menos se podría decir que el sistema de jurados funciona. Pero una condena o un jurado indeciso, demuestra que la fiscalía se benefició al presentar un caso, que no es ni siquiera un delito».

El analista legal Jonathan Turley cree que este caso será revertido eventualmente por el estado o el Sistema federal. “Esta fue la peor expectación de un juicio en Manhattan. Lo lamento más por el Sistema legal de New York que por el expresidente. Tenía la esperanza de que el jurado pudiera redimir la integridad del Sistema que ha sido utilizado para propósitos políticos.»

Los corruptos del infectado sistema judicial norteamericano parecen haber logrado exactamente lo contrario a lo que se proponían, sin embargo. Como consecuencia del injusto fallo, las donaciones a la campaña de Trump provenientes de los votantes indignados por el proceso, rompieron el récord en 24 horas sobrepasando los 35 millones de dólares.  De inmediato las encuestas a favor del candidato subieron un 6%. Si la racha de corrupción se detiene en la Comisión de Investigación Estatal, la anulación del juicio es muy factible. De todos modos, Trump apelará el caso y ha prometido no rendirse. Aún le queda la posible decisión de la Corte Suprema para defender sus derechos constitucionales. 

Gloria Chávez Vásquez, escritora, periodista y educadora reside en Estados Unidos.

 

 

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