RADIOGRAFÍAS
NORMA SALAZAR
El Jordán tolerante
El río Jordán esgrime su oleaje ante los argumentos de tres avalanchas intocables. Hoy, este hecho interminable de ideología humana se desliza en compañía de su propia espuma dolida y sofocante, casi llega hasta el cetro de Neptuno.
El TODOPODEROSO echa anclas a puerto para cuidar el ombligo del mundo sin resquemor éste milenario testigo tiene la única semilla, la simbiosis para compartir en esta tierra, donde se desprende un Mesías ermitaño muy solitario.
Aún siguen vivos los recuerdos que cargan la imagen de Ismael e Isaac herederos del Patriarca Abraham, siguen las ballestas penetrando al hollín de añicos.
Dice mi bisabuela Séfora que todavía no existe un dátil e higo dadivosos para ponerlos en la vianda de sentimientos clementes.
Tú, el TODOPODEROSO con tus manos sentencias y miras la verdad. Con firmeza me trago mi propio miedo.
¡Las guerras ya no son épicas!
¡Él, lo ha visto todo!
II
Séfora, la matriarca de ojos castaños y cabello gris plateado muestra nuestro hábitat etéreo, Plutón no desea abrir las puertas del Oriente no deja entrar a Helios Hiperión.
Navegando sobre el Jordán tolerante buscando una raíz ante las calamidades que constriñen los beligerantes y sitiados de Israel, ahora, venero a mis ancestro; bisabuelos, abuelos quienes yo quisiera deber aún más, pues ellos me han obsequiado la fina y noble presencia de mi Padre.
Marrones plegarias
En uno de tantos atajos de la vetusta y estrecha Jerusalén a cierta distancia prudente teniendo por compañía sólo el cielo raso en tierra Santa, observo con timidez aquellas multitudes cubiertas de blanco que llegan a postrarse para sus oraciones quitándose como buenos devotos las babuchas. Estoy presta con mis oídos a todo susurro para arrancarle un sentido al caos mundano, pués también he escuchado al almuecín que desde el minarete hace el llamado: “Allāh’ akbar, Allāh’ akbar” “Dios es grande, Dios es grande” “ lā ilāha illā –llāh, lā ilāha illā –llāh” “Doy fe de que no hay más divinidad que Dios, Doy fe de que no hay más divinidad que Dios” “hayya ‘ah’ S-Salāt, hayya ‘ah’ S-Salāt” “ Acudid a la oración, Acudid a la oración”
En toda la altivez de la Mezquita sus plegarias son escuchadas como cantigas que traspasan la cúpula de la Roca y mosaicos azules que doblegan a todo viajero, día con día por cinco veces se mira esta escena tan prístina.
Entregando el ropaje cansado por tanto carga del trayecto de sus vidas, entran cabizbajos se inclinan ante Él, su gran cobijo.
II
Abarrotan un espacio urbano en el barrio antiguo de Belén. La Mezquita de Omar se levanta desde la Plaza del Pesebre hacia el sur, llegan las plegarias que rozan colinas marrones y áridos del desierto.
La lucha comienza aquí, miramos al vacío buscando una futura analogía pedimos un consejo al reloj de la ausencia que nos ha tatuado.
A mi lado Papá saca su furia de sal y parla en hebreo.
Carga un nudo.
Sólo tiemblo ante ésto, me salen por los ojos borbotones de lluvia que siento mi cuerpo adormecer, ya no respiro igual.
El sol imponente opaca mi llanto extasiado, abre el cielo con sus rayos.
¡Dios, el unigénito del Mundo existe!
**Fotografía de Claudia Shapiro