PROVENGO DE TUS MANOS
GUILLERMO ALMADA
Provengo de tus manos.
De lo que respira tu cuerpo,
salgo.
Abrazado a tus piernas,
amarrado a tu vientre,
ilusionado.
Entre la maraña de tus venas
y arterias.
Te recorro en el torrente
de tu sangre,
y desde tus ojos me asomo
al mundo que te rodea.
Me abismo a los pecados,
y me quedo suspendido.
Hay un verso en algún poema
que nos conjuga
sin matices.
Una diástole, una sístole.
Ventriculares metaplasmos literarios.
No podré salir de vos entero.
Laberíntica.
Polisémica.
Me uno a tu lengua
en el logos como phármakon,
y me adormezco con tu arrullo.
Dame la vida,
o dame la muerte como vida.
¡Tintura de los pintores!
La sinestesia de percibirte áurea,
y esta pasión,
todo, me eleva ligero,
en un halo de antimateria,
en una burbuja.
Detrás de esa ventana,
ansiosa,
desnuda,
estás esperando que te encuentre,
que te descubra,
que te funde.
Yo, pequeño ser,
a vos, tan continente.