YO TE VEO INMENSA
GUILLERMO ALMADA
Yo te veo inmensa,
y a veces, cuando conversamos,
siento que mi forma se desdibuja
y me tapan tus palabras.
Espero tu silencio para reconstruirme.
Entonces te descubro
tan callada, mirándome.
Trato de decirte,
con mi escaso argumento,
y ni siquiera puedo ordenar
los dígrafos, los fonemas,
tan solo balbuceo.
Y revienta tu risa salpicándolo todo
En una carcajada.
Detrás de la noche adivino tu huella.
Apretando los ojos sueño estar a tu lado.
No es verdad que en las calles
esté rota la vida.
La cuidan los poetas convertidos en perros
que aúllan letanías.
Así espantan fantasmas de penas,
de dolores, de tormentos.
Aún igual, en las noches,
yo me lanzo a las calles.
Busco debajo de las luces
del alumbrado público,
al pie de los balcones,
en esquinas sombrías,
el rastro de tu nombre.
Lo persigo hasta el puerto,
en donde marineros ebrios
cantan tristes canciones.
Y está el río, y los barcos,
el reflejo de la luna iluminándolos.
Sin embargo, presiento
que mi alma está en penumbras,
porque no estoy contigo,
pero eres tan inmensa
que todo lo abarcas.
Todo.