TODOS MIS SILENCIOS
GUILLERMO ALMADA
Te he brindado todos mis silencios
en un solo grito,
y te he propuesto la patafísica
de mis besos milagrosos.
Treinta y seis horas de amor sagrado
a puro estrago.
Te he ofrecido mis idas
y mis vueltas.
Nada de eso te ha conformado,
pero me pides que me quede
¿Qué vendrá ahora?
El silencio,
después los brazos,
y los abrazos.
Tu vestido por el suelo
y jugar con las piernas.
La resonancia en el pecho
de tu llanto con sordina.
La mirada espantosa
de la incertidumbre, y el final.
Yo paso…
No quiero ser parte
de tu experiencia horrenda
de la autocompasión.
Dejame aquí en la noche,
ya vendrán nuevas almas
queriendo redimirse
de todos los pecados
cometidos a conciencia.
Me gustan las que saben
a qué hora pasa el tren.