AY DEL SOL
GUILLERMO ALMADA
Ay del sol
y tu mirada,
y el pan y el vino,
y la eucaristía
de las almas,
y los peces multiplicados,
y el cordero.
El pecado de no estar
no es redimible,
y la penitencia es
perderme en las palabras,
y abrazarte solo
con adverbios,
metonimias, y
de vez en cuando,
alguna anáfora.
Pero es en particular
este momento
que nos toca,
que formará parte
de la historia.
Y tú, y yo,
jamás podremos
ser olvido.
Y tú, y yo,
y la distancia,
pero jamás podremos
abandonar nuestra memoria.