Morena, PT, PVEM y el panista Miguel Ángel Yunes Márquez dieron los votos para aprobar en lo general y en lo particular la reforma judicial del presidente Andrés Manuel López Obrador, entre acusaciones de los legisladores.
Todo esto ocurrió tras una doble sesión de más de 16 horas, con un receso y cambio de sede, mientras que la reforma al Poder Judicial fue turnada de inmediato a los congresos estatales.
Las más de 60 reservas presentadas por la oposición fueron rechazadas en automático por la mayoría de Morena y aliados.
Esta reforma modificará al poder judicial con la elección de jueces por voto popular, una transformación profunda que algunos críticos temen que pueda amenazar el estado de derecho y dañar la economía.
Los senadores votaron a favor por 86 a 41, mientras el bloque gobernante aplaudía y vitoreaba. La reforma entrará en vigor una vez publicada en el Diario Oficial de la Federación tras su aprobación en congresos estatales.
La aprobación se produjo tras un tenso debate y un gran drama político mientras la coalición gobernante comenzaba el martes con un escaño menos que la supermayoría necesaria para aprobar la reforma constitucional.
Pero un legislador de la oposición, el panista Miguel Ángel Yunes Márquez, rompió filas partidarias para votar a favor del proyecto de ley, mientras que otro, Daniel Barreda de Movimiento Ciudadano, estuvo ausente en medio de acusaciones de que había sido detenido para impedirle votar.
Morena negó cualquier irregularidad
“Es un día triste para nuestro México”, dijo el senador Alejandro Moreno, presidente del partido opositor PRI. La reforma “fue aprobada en el Senado mediante las peores mañas y bajo presiones y coacciones inimaginables”.
La reforma es una gran victoria para el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, quien la considera vital para restablecer la integridad del poder judicial de México y garantizar que sirva al pueblo y no a las élites y a los intereses criminales.
Algunos críticos, sin embargo, temen que esto ponga una concentración alarmante de poder en manos de Morena.
Los principales socios comerciales de México, Estados Unidos y Canadá, han advertido que la revisión podría socavar el pacto comercial TMEC y afectar negativamente la inversión.
La reforma también ha asustado a los mercados: el peso mexicano se ha debilitado un 17% desde las elecciones del 2 de junio en las que Morena ganó por una abrumadora mayoría.
Mientras los senadores discutían la reforma el martes, los manifestantes irrumpieron en el edificio del Senado ondeando banderas mexicanas y gritando “traidores”, lo que obligó a pausar la sesión y trasladarla a otro lugar.
La columna vertebral de la reforma constitucional, que la Cámara Baja aprobó la semana pasada, prevé la elección por voto popular de más de 6,500 jueces y magistrados, incluida la Corte Suprema.
La reforma también reduce el número de jueces de la Corte Suprema de 11 a 9, disminuye la duración de sus mandatos a 12 años, elimina el requisito de edad mínima de 35 años y reduce a la mitad la experiencia laboral necesaria a 5 años.
La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, que asumirá el cargo el 2 de octubre, tendrá la tarea de gestionar las consecuencias de la reforma, que corre el riesgo de dominar los primeros meses de su mandato.
