MENDIGOS
GABRIEL AVILÉS
A PULSO DE TINTA
presagiomarino@gmail.com
1
Merodeo la absurda certeza de los trenes,
invocando tu nombre con el chirriar de sus ruedas.
2
Fornico con mendigos que danzan añejas herejías
sin preocuparse por los ciegos que recuerdan
su paranoia mientras retinas destiñen camposantos
con obscenidades en blanco y negro.
3
Sonrío a la muerte, ella incita a desflorarla,
así el llanto de las viudas es menos desabrido
y la obsidiana de sus lágrimas desaparece con el tiempo,
ese tiempo que se infiltra en mis venas
para reposar en la brizna del precipicio.
4
Los relojes destrozan minuteros y el punto de quiebra es mi vorágine,
vorágine desprendida del cobalto,
del aguacero a medio dormir,
de la paloma despoblando tejados,
del meandro colgado en las enredaderas,
enmudeciendo vigilias que inmolan las penurias.
5
La Tristeza se desborda por los grifos y acicala la herrumbre de mis pasos,
reproduce el latido de los días, quienes sin misericordia
reflejan el hollín de mis angustias, los residuos de mis despertares,
el lupus de lo intrínseco confrontando deserciones .
Mi dislexia se adultera para renacer en el insomnio.
6
Me desnudo para inhalar la erosión de los cuerdos,
quienes con desparpajo mudan de carne mientras gotea del viento
de las desolaciones.
7
Descalzo, siento el moho que dejan las promesas
al procrearse con epígrafes nacientes de la cafeína
mientras busco consuelo en cigarros y cenizas.