Armando Peralta
Conversaciones del Taller Malix
Tema 6: De viaje
Parte 2
La ciudad al borde del pozo
Armando Peralta
El sol de julio abrasaba las piedras de Chichén Itzá cuando Soledad se detuvo frente a El Castillo. Entrecerró los ojos mientras las voces de los visitantes se iban desvaneciendo en un murmullo. Su mente viajó veinte años atrás, a su primera visita con su padre. «Mira, Soledad», le había dicho, mostrándole los relieves, «en cada figura encontrarás una historia, solo hay que aprender a interpretarla y extraerla con mucho cuidado».
Esas palabras adquirieron un nuevo significado en la primavera de 2010. Soledad, entonces estudiante de arqueología, estaba en Tulum cuando un terremoto sacudió el norte de Baja California. Esa noche soñó que las piedras mayas le susurraban secretos en un idioma incomprensible, pero que resonaba en su ser.
Abrió los ojos y volvió al presente. Sacó un cuaderno gastado y una fotografía de arqueólogos que trabajaban en El Castillo décadas atrás se deslizó de entre sus páginas. Entre ellos, un joven de mirada intensa le recordó a su mentor, el arqueólogo y antropólogo Edgardo Garrido.
Garrido, escéptico ante sus teorías sobre la estela recién descubierta, le había advertido: «Soledad, la ciencia se basa en hechos, no en sueños». Sus palabras la cuestionaban, pero no podía negar su constante apoyo.
Su mirada se posó en Kʼinich, el enigmático guía local que se movía entre las ruinas como si fuera parte de ellas. Desde el principio, Soledad había sentido una conexión inexplicable con él.
Contempló la estela y reflexionó sobre la naturaleza cíclica del tiempo maya. ¿Eran alucinaciones o recuerdos de un pasado entrelazado con su presente? Cada glifo parecía una ventana a un pasado vivo, que esperaba ser redescubierto.
«Aquí escribiremos y comenzaremos las antiguas historias», rezaba el Popol Vuh, ¿no era su trabajo como arqueóloga similar al de los antiguos escribas mayas?
El cielo dorado prevalecía en el crepúsculo. Soledad sabía que pronto llegaría el momento del alineamiento planetario predicho por la estela.
«Despertar el pasado tiene sus peligros», le había dicho Kʼinich.
Mientras caminaba hacia El Castillo, donde él la esperaba, Soledad sintió que ya no era la misma persona que había llegado meses atrás. El eco de las piedras vibraba con una energía renovada, como si reconocieran en ella a alguien capaz de escuchar sus historias. Por primera vez, se sintió en sintonía con el ritmo eterno de este lugar sagrado, lista para sumergirse en los secretos milenarios de Chichén Itzá.
16 de septiembre 2024
Armando Peralta Díaz aficionado a los libros, a la música, al cine y desde luego a las revistas. Ha sido un cazador permanente de nuevos materiales que años atrás encontraba en las bibliotecas y librerías y ahora en la red. La literatura ha sido fuente inagotable para moverse en otra dimensión. @practicasempresarialespodcast