Ni Estados Unidos, ni México están preparados para una deportación de grandes magnitudes, aunque es indudable que el flujo aumentará de forma considerable, estima el gobernador de Baja California, Francisco Vega.
Señala que es preocupante que el gobierno federal a través de las secretarías de Gobernación y de Relaciones Exteriores, no haya convocado aún a los gobernadores de los estados fronterizos, luego del triunfo de Donald Trump.
El mandatario estatal indicó que se espera que al cierre de este año Baja California reciba a 55 mil personas deportadas, pero con Donald Trump en el gobierno, la situación podría ser más complicada.
