- Triste despedida de Rodrigo Santos
- El hispano Andrés Romero, un poco mejor en la monta y cero con su lote
- Los de Begoña, mansos de solemnidad con los equinos
- Lleno con algunos claros en los tendidos
- Los Forcados de Teziutlán, Puebla, policontundidos en tres ocasiones, aunque con mucho arrojo frente a astados de gran tonelaje.
Para abrir boca comenzando el año 2017, tres centauros –dos nacionales y uno importado de la “madre patria”–, hicieron lo que pudieron frente a sus enemigos astados, tres de Mimiahuapan y cuatro de Begoña —uno de regalo por Andrés Romero, corrido en séptimo sitio–, el retraso de la llegada de los caballos de Hernández Garate, por lo que fue necesario cambiar el orden de presentación de la lidia, la despedida de los ruedos del potosino Rodrigo Santos y dos forcados arrollados, dos a la enfermería y párele de contar…
RODRIGO…
El de San Luis Potosí, Rodrigo Santos —nieto de aquel célebre “Alazán Tostao”–, dijo adiós a los ruedos, ayer tarde de domingo 1 de enero, enfrentándose en su primer turno a “Nuevo Sueño”, un burel negro saíno marcado con el número 208, que alzó la romana con 515 kilogramos en los lomos, este un ejemplar de la ganadería de “Begoña”, muy entrón con el capote, pero despreciativo con el equino, por lo que Santos se vio errático con los arpones que se fueron regando uno a uno en la arena. Así las cosas, el sobresaliente Sergio Garza, lo capotea con ajustados lances que le valen palmas.
Rodrigo montó sobre “Nuncio”, “Desidor”, “Cabaret” y “Vital”, vistiendo una casaca color grana y oro, terminando su faena del nuevo sueño con una puñalada trapera que necesitó de las asistencias para hacerlo doblar y entregarlo al puntillero.
Cabe mencionar que los Forcados de Tezuitlán, fueron arrollados materialmente por el bicho que los hizo volar por los aires y mandar a dos de ellos: Angel Bernal y a Marcelo Betancourt, quienes fueron atendidos en la enfermería sin más consecuencias que golpes, según el reporte médico encabezados por el Dr. Santiago Sauma Ríos.
El segundo enemigo de Rodrigo lo fue “Buen Deseo”, corrido en cuarto sitio, este animal de la ganadería de Mimiahuapan, marcado con el número 380 y 480 kilogramos de peso, un negro careto, que recibió tandas de rejones de castigo, 4 palitroques y 3 cortas, saltan los forcados, empero, otra vez los hacen chuza sin lograr la pega. Seguido tocan a muerte y como punto final la orquesta interpretó las golondrinas, hasta que Rodrigo Santos acabó con el burel mediante tres pinchazos y la puntilla. En señal de agradecimiento, el público le pidió dar la vuelta, entre vítores y porras, finalmente besando la arena al centro del redondel…
ROMERO…
El hispano Andrés Romero, no concretó sus faenas aunque si se le vio mejor monta que en su vez anterior en esta plaza. Se enfrento “Ilusión”, un negro mogón paliabierto de 520 kilogramos de peso, de la ganadería de Mimiahuapan, montando a los caballos del hierro de Pablo Hermoso de Mendoza, “Botero”, un negro retinto con el que abrió plaza; “Destino”, Castaño oscuro; “Malboro”, tordo; “Davinchi”, tordillo; “Espartano”, castaño; “Moura”, castaño y “Atlántico”, blanco cremoso…
En esta ocasión, los forcados poblanos lograron la pega, teniendo como cabo del frente a Alfredo Molina, por lo que fueron calurosamente aplaudidos. Romero metió una ración de acero que no fue suficiente, escuchó un aviso y al quinto marrazo con la corta, al fin terminó con “Ilusión”. Nada…
Su segundo bicho fue “Buen Futuro”, de la ganadería de “Begoña”, un bichejo de 520 kilos de peso, corrido en quinto sitio. Andrés hizo la finta de recibirlo a “portagallola”, más no espero que saliera y se quitó del sitio. Luego de poner los rejones de castigo —auténticas dagas de casi 40 centímetros de acero–, que le partieron en dos la columna al astado, cosa que se reflejó en la inamovilidad por lo que buen futuro se echó de barriga y no hubo poder humano que lo levantara, por lo que tuvo que apuntillado ahí mismo, lo que dio pie a que el español regalará de su peculio un séptimo burel…
El séptimo del festejo se llamó “12 Meses”, marcado con el número 257, con 570 kilogramos, un castaño barrigón, sin defensa alguna, que al principio se negaba entrarle al centauro, hasta que recibió su primera ración de acero, ya con la pica en Flandes, el bobón bicho hizo como que quería, Andrés lo citaba con su cabalgadura y nada, no hubo esencia ni paciencia, hasta que desmonta y con certero tajonazo lo mando al otro mundo con sus 12 meses… silencio.
HERNANDEZ…
El centauro Jorge Hernández Garate, quien enfrentó en tercer sitio a “Año Nuevo”, un negro bragado, avispado, con 540 kilos en lomos, de la ganadería de Mimiahuapan, logrando lances milimétricos pero muy acelerados, montando sobre los equinos “Bucéfalo”, un prieto; “Rafaelito”, palomino; “Valladolid”, tordo rodado; “Ra”, otro prieto; “Pecado” un tordo porcelana y “Resabio”, prieto… En este turno, los forcados tezuitlecos lograron otra pega, teniendo al frente a Miguel Aguilar, que les valió Dianas de la orquesta y el reconocimiento del multicéfalo. Hernández hizo vistosos lances y clavó las cortas al violín, aunque con el rejón de muerte no pudo concretar. Silencio…
Lo bueno le tocó en el sexto toro, nombrado “2017”, de la ganadería de Begoña, con 510 kilos, Jorge mide las distancias y coloca bien los palos, jala a su rival a la cola, al estribo y haciendo quiebros entrando de frente; luego clava los garapullos a dos manos, para finalmente meter una ración de acero, que desmonta, hace desplantes ante un animal agónico y finalmente dobla, por lo que el tendido solicita al Juez un premio, que vino como UNA OREJA, la única del largo festejo, con la que dio vuelta al redondel con devolución de prendas….
No se anunció festejo venidero por parte de la empresa… (Autor y fotos: Dahemont)