La Auditoría Superior de la Federación descubrió que, durante 2015, el Senado utilizó de manera incorrecta 234 millones de pesos.
Es decir, solicitó a la Secretaría de Hacienda una partida extra de 249 millones de pesos para aplicarlos en conservación, operación y equipamiento, pero ese dinero lo usó para pagar salarios, prestaciones y alimentos, entre otros.
Además, detectó que el Senado obtuvo más de 33 millones de ingresos excedentes, que inicialmente los transfirió a diversas partidas de gasto.