Cuatro temporadas en el Real Madrid le permiten a Kaká entender a la perfección cómo funciona el club blanco. El club, y los propios jugadores. Los de antes, y los de ahora. Empezando por la estrella, con la que compartió vestuario durante toda su etapa en la capital española. De hecho, él y Cristiano llegaron a Chamartín prácticamente de la mano. El 30 de junio de 2009 fue presentado el brasileño, y días más tarde, el 6 de julio, lo hizo el portugués.
» No me imaginaba que podía llegar tan lejos, y seguro que ni él lo pensaba. Se veía que tenía condiciones espectaculares, pero lo que ha conseguido es increíble. Cinco Balones de Oro, sus goles en el Real Madrid… Imaginas una situación, pero imaginar que llegaría tan alto en el club es imposible… Al final se ha ido quedando en el Madrid y tras unos primeros años en los que Cristiano conseguía cosas, pero el club no ganaba, se ha conseguido que se ganen muchos títulos», asegura Kaká.
Un Kaká que reconoce además ser fan del portugués: «Cristiano es muy muy grande y la afición del Madrid debe estar orgulloso de él. Yo he tenido la suerte de jugar con él cuatro años y a mis hijos les diré que su papá tuvo la suerte de jugar con Cristiano, uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos».
Con el que no coincidió Kaká fue con Gareth Bale. Por muy poco, ya que el fichaje del galés se hizo oficial el 1 de septiembre de 2013, y la marcha de Kaká, el día 2. Sin embargo, sus carreras, por las lesiones, han seguido una línea parecida: «Entiendo el sufrimiento por el que pasa Bale, pero él ganó tres Champions, yo no [risas]. Ha hecho grandes cosas con el Madrid. Lo que le puedo decir es que tenga mucha paciencia con él mismo. Porque ya tiene la presión de la prensa, de la afición, de los compañeros…», indica el brasileño.
Además, se explica: «Los compañeros no te presionan, te animan, pero cuando tú estás lesionado y les ve a ellos entrenar… es duro y es otra manera de presión. Entonces, con todo esto, si encima tú te presionas a ti mismo es más difícil aún. Si él puede, debe evitar esta presión por su parte. Nadie está a salvo de las lesiones. Le puede pasar a cualquiera. Cuanto te pasan repetidamente tienes dudas de tus capacidades y empiezas a jugar contra ti mismo. El mayor enemigo de un jugador cuando se lesiona es uno mismo».