Su fútbol, habilidoso en el quiebro y en el último pase, también en la asociación, le señala como un jugador distinto, sobre todo en la Premier donde el físico es casi un imperativo. Sus inquietudes culturales, su compromiso con la sociedad y su discurso argumentado y pasional le definen como alguien auténtico y original. Es Juan Mata (Burgos; 29 años), centrocampista del Manchester United que esta noche recibirá al Sevilla en Old Trafford -0 a 0 en la ida- en el duelo de octavos de final de la Champions.
Pregunta. ¿Qué tiene mejor, la cabeza o los pies?
Respuesta. Trato que estén conectados. El fútbol se ejecuta con los pies, pero es importantísimo tener la cabeza bien porque es la que actúa en la toma de decisiones. Recuerdo la primera charla de Van Gaal cuando llegó al United. “Yo no quiero entrenar vuestros pies sino vuestras cabezas”, nos soltó. Y me gustó porque con la cabeza engañas al rival, decides bien, comprendes el juego.
P. Usted cultiva la cabeza con la lectura y con conocimiento. ¿Eso le ayuda en el campo?
R. Hago lo que me gusta hacer y comparto mis inquietudes, además de absorber las influencias de las personas más cercanas. No sé si ser curioso ayuda o no a ser mejor jugador, pero lo que tengo claro es que es bueno desconectar a veces. Y no siempre leyendo, ¿eh? También me gusta salir a cenar, estar con los míos, mantener buenas conversaciones… Pero está claro que si hay un buen partido por la televisión, hay bastantes números de que lo vea porque también me encanta el fútbol.
P. ¿En el campo es mejor ser listo o inteligente?
R. La combinación de las dos siempre y cuando te permita comprender el juego y lo que te pide el partido en ese mismo instante. El inteligente entiende y se anticipa a lo que puede pasar, comprende la disposición táctica del rival, analiza cómo penetrar, sabe que si el balón viene de un lado es posible que haya agujeros en el otro… Y el pillo reacciona antes que el rival. Yo, personalmente, trato de adaptarme a mis características y jugar acorde a eso. Intento estar despierto, pendiente de rechaces del portero, de las segundas jugadas tras los duelos aéreos; pero también quiero entender el juego y persistir en la buena toma de decisiones. Xavi, Busquets, Xabi Alonso son el ejemplo porque de cada 100 veces, en 99 ocasiones escogen bien. Parece sencillo, pero no lo es.
P. ¿Pero no tiene la sensación de que cada vez hay menos jugadores pícaros y más futbolistas académicos?
R. Sí. Antes había más espacio para la imaginación en el fútbol. Los defensas han mejorado con las tácticas, las reglas del juego han cambiado porque se permite menos contacto y hay menos espacios por lo que ahora el jugador tiene menos tiempo para decidir. Las estrategias tácticas férreas, las preparaciones de los partidos y los diferentes análisis reducen la aparición de jugadores de ingenio, de potrero que se llama en Argentina. Y a mí me encanta verlos y jugar con este tipo de jugadores porque son los que convierten un balón en una genialidad.
P. ¿Es entonces el jugador ingenioso una especie en extinción?
R. No, eso no. En el pasado, en el presente y en el futuro siempre habrá talento. Aunque el fútbol vaya hacia lo táctico, será imprescindible ese punto de improvisación. Entre otras cosas porque también hay que levantar a la grada, que quiere ganar, pero también divertirse. La pasión no puede desaparecer.
P. ¿Pero da tiempo a pensar sobre el césped?
R. Cuando tienes el balón tienes segundos o décimas para decidir. No hay mucho tiempo a no ser que estés en zonas que no sean peligrosas. Pero trato de estar pensando todo el tiempo: mover, jugar de cara, intentar saber qué es lo mejor para el equipo. Así que se piensa mucho, pero debes ser muy rápido. Cuanto mejor decide un jugador, mejor es. Yo creo en la toma de decisiones. Puede que un jugador rápido y fuerte se lleve la pelota por potencia pero cuando llega a la línea de fondo no centra ni acaba la jugada. Si no haces lo que te pide el juego, estás desaprovechando tus condiciones.
Fuente: El País
rrc