Una comunicación deficiente entre la agencia de reducción de desastres y vulcanólogos de Guatemala retrasó el desalojo de pobladores durante la erupción del volcán Fuego.
Indican que la situación se agravó con la lluvia y las nubes que dificultaron la observación visual del flujo piroclástico que descendía precipitadamente por la ladera de la montaña.
La erupción ha causado la muerte de 109 personas y la desaparición de más de 190.