RADIOGRAFÍAS
FERNANDO M. DÍAZ UN TROTAMUNDOS POR EL ARTE ABSTRACTO
NORMA SALAZAR
“Algo se mueve siguiendo un camino sin señales.
Males sin rostro atraviesan para impedir el retorno.
En torno hacen zigzag colores que se disuelven
en una sola cauda”
Raúl Renán
Fernando M. Díaz nació en Orizaba, Veracruz el 2 de febrero 1952 un virtuoso artista ostenta más de cuarenta exposiciones individuales, sus cuadros de gran formato exhibidos por las salas de los Museos a nivel internacional, en ciertas ocasiones con oportunidades de estancias largas para crear su labor profesional como dibujante, escultor en Italia (Florencia, Ferrara y Latina), España (Barcelona y Madrid), Austria (Graz), Rusia (Moscú), Rumania (Bucarest, Faget, Sibiu) Bulgaria (Sofia) en los Estados Unidos ciudades como (Chicago, Los Ángeles, Miami, Dallas, Portsmouth entre otras) en nuestro nuevo continente Ecuador (Cuenca), Argentina( Rep. De Buenos Aires), Venado Tuerto) y Guatemala recientemente; en nuestro país su obra ha sido expuesta en el Museo José Luis Cuevas de la Ciudad de México, la “Casa Museo Vladimir Cora” en Nayarit, Museo Soumaya de la Ciudad de México, Museo de Bellas Artes de Chihuahua entre otras destacas sedes culturales, una infinidad a nivel nacional han acogido su vasta obra plástica como su obra escultural. Radica por convicción en San Miguel Allende Guanajuato un hombre cordial y generoso que tiene en su larga trayectoria representativas distinciones y premios, aquí, por escribir algunos: el 6 de marzo de 2013 fue nombrado “Huésped Distinguido” por el Ayuntamiento de Acaponeta, Nayarit en el año 2012, La Lotería Nacional para la Asistencia Pública de la Ciudad de México una de sus obras fue seleccionada, “Recognition of the House of Representatives of The Congress of the United States” 1999, Reconocimiento por la LVII Legislatura de la Cámara de Diputados de México en el año 1998, la Medalla de Oro “Lorenzo el Magnífico” en la Bienal de Florencia, Italia, 1997, con éste preámbulo de presentación amables lectores descubramos y adentrémonos por una de las Bellas Artes, la pintura su especialidad fina, la abstracción.
Nuestro pintor que hoy nos ocupa, un artista plástico sensible. Su vasta obra es para observar con una metódica contemplación por ser un arte muy complejo, también es una cuestión de forma ¿Es tan real y tan abstracta una pintura? ¿Qué formas orgánicas o geométricas se consideran el llano mundo de la abstracción? Fernando M. Díaz crea una ilusión óptica a través del mosaico preciso de patrones, formas y colores, pinta en formas geométricas no típicas, sólo, en ciertas representaciones recrea una ilusión de movimiento característica piramidal del arte abstracto.
A su vez sus esculturas de gran altura son escenografías estáticas que nuestra visión y tacto puedan ser los rastreadores móviles alrededor de ellas, somos como participantes, un contribuidor más influyente del movimiento. Sus pinturas son un centro entre líneas simplificadas y contundentes colores primarios y neutros del blanco, negro con movimientos activos en la superficie del lienzo.
El lírico es una tendencia dentro de la pintura abstracta, M. Díaz ejemplifica ésta abstracción espontanea e impregna un acto valioso en sus cuadros. No es muy sencillo a primera vista percibir, decía Pablo Picasso a su manera y época “La pintura es poesía, siempre se escribe en verso con rimas plásticas” en sus años infantiles Fernando M. Díaz quedo asombrado por las diversas formas del paisaje, de las acumulaciones de la luz en la distancia. En sus lienzos graba planos de colores de carácter autónomo por lo que el espectador deberá ser más metódico para descubriré las superficies vigiladas y gestuales de brío propio. Patentemente nuestro artista-escultor abdica a una objetividad, a una mimesis, es decir, no acepta una inicial atracción de la realidad como tal, al contrario, lo planea como escribe la historiadora de arte Sara Taffoni “semiabstracto” gran parte de su obra retoma instrucciones que obtuvo en sus años juveniles por su maestro chino, la técnica Sumi-e una grafía de arte caligráfico estrechamente atañida con la filosofía zen. Apacible combinación sobre el papel de arroz humedecido por osados negros acrílicos con una delicadeza urdida, en The Spiritual Papers pondera al arte abstracto a otro nivel una reinterpretación acrecentada.
Deja a un lado opuesto al artista figurativo lo confirmamos en su complejidad de colocar elementos entre sus pinturas y esculturas, expresa la comunicóloga Priscila Páez “¿Es el negro ausencia de luz? Ninguna concepción en torno al negro puede ser completa si no dirige hacia emociones insondables, a la autoconsciencia y a profundas reflexiones sobre la vida, paradójicamente llena de matices”, formatos adecuados en tonos negros obliga al espectador sumergirse en un cauce contemplativo e íntimo como The Spiritual Papers
LA IMPERTURBABILIDAD DEL TONO momento que escudriñamos ¿Qué es el arte abstracto? ¿Es acaso un espacio desierto? Es un mundo finito en lo infinito del hábitat, un arpa donde exhala las emociones de lo humano. En el punto del arte abstracto la disyuntiva de un pintor es el desvelo del nacimiento y brote de todo el “ello” sobre la tierra con despojos, las heridas del hombre, los rasgos del tiempo con sus quimeras donde nos notifica la conjugación del protagonista principal que es el color exacto con fina cordura para la complacencia de nuestros sentidos, rigurosas grafías o ciertas formas geométricas que escrupulosamente emergen con la mirada nos reencontramos con la identidad de su color. Afirma nuestro artista ““Siempre quise ser un pintor abstracto. Pero no sabía cómo hacerlo. Hay que tener una fundamentación teórica muy profunda. Lleva mucho tiempo ir depurando los contenidos, mucho…mucho tiempo”
Los cuadros de Fernando M. Díaz hablan al intelecto, a los sentimientos. Su finalidad es provocar emociones en el espectador, Fernando M. Díaz en sus pinturas suelen permitir que nuestra vista pueda trasladarse dócilmente sin ruptura óptica de un color a otro. Están atendidas por bloques de color otras rectangulares que parecen flotar sobre un fondo liso, no hay duda de que podemos disolvernos en un auténtico legado de movimiento, desdoblamiento gráfico, una consciencia ondeante, el color negro flota vivo. Lo sentencia fielmente el poeta emeritense Raúl Renán al referirse a su obra impecable de Fernando M. Díaz
“Algo se mueve siguiendo un camino sin señales.
Males sin rostro atraviesan para impedir el retorno. En torno
hacen zigzag colores que se disuelven en una sola cauda.
Auda audía pautando fibras agudas. Dudas dice el dicho
Que ocupa un lugar premonitorio en la superficie
que de sol carece. Parecen irse demoliendo palabras
que saldrán a poema. Lema de la vida: manchas
oscurecidas por una claridad. Y la claridad es como reír
por eso la sensación crea dientes por sus filos al Eterno
agarrados. Desgarrados tejidos del alma. Todo, en movimiento
que aspira y expira. Es pira donde al cabo la especie
volverá de cualquier modo”