LA ECUANIMIDAD
LAURA SALAMANCA LÓPEZ
TANATOLOGÍANDO
Es una de las principales cualidades del equilibrio apreciada por todos los sabios, la misma palabra lo dice, equilibrio y ánimo o sea ánimo equilibrado.
Gracias a la ecuanimidad evitamos el desgarramiento interior y la impaciencia que nos roba la energía y nos inquieta, la turbación y la amargura en los momentos que algo no puede ser resuelto, el único refugio será la ecuanimidad, la cuál es firmeza de mente, tono estable sosiego y aceptación consciente,
Es muy necesaria ante las alternativas y vicisitudes de la vida, ya que se presentan inevitablemente vientos del este y del oeste donde hay que tratar de mantenerse sereno ante unos y otros sin dejarse arrebatar por la rabia, la desazón o el resentimiento, no desfallecer, no desmayarse psíquicamente eso se logra solo cuando existe la ecuanimidad por su fuerza de gran presión, cordura, equilibrio y claridad, nos permite relativizar, ser menos egocéntricos y personalistas, ver las cosas desde diferentes ángulos, ser más imparciales y objetivos.
Mediante esta claridad podemos observar y entender que todo es transitorio y evitaremos ser reactivos y dejarnos llevar tanto por el apego y el aborrecimiento.
La persona ecuánime sabe que todo muda y que lo que hoy puede parecer maldición, otro día podría tornar en una bendición o viceversa y que el amigo mas amigo te puede traicionar y el enemigo más enemigo te puede salvar la vida.
Todo gira y hay que saber ponerse en el centro de la rueda para permanecer equilibrado y no dejarse agitar por los acontecimientos cambiantes.
A esto se le une el recto esfuerzo y energía con cuatro esfuerzos conscientes para ir mejorando la calidad mental
1ª esfuerzo por desalojar de la mente aquellos pensamientos y estados negativos e insanos
2ª esfuerzo por impedir que vuelvan a entrar en la mente
3ª esfuerzo por suscitar pensamientos y estados mentales sanos y positivos
4ª esfuerzo por fomentar y desplegar esos estados mentales, sanos y constructivos pensamientos positivos.
La ecuanimidad se basa en la inacción, no hay mayor fuerza que la pasividad, no hay mayor energía que saber estar y ser en el propio centro imperturbado, resistir sin violencia ni agresividad, sin saña ni odio, con sosiego y lucidez, confiado en los propios potenciales y en el pensamiento recto, la recta palabra, la acción recta y los rectos propósitos, de todo esto nace el poder interior
El control de la mente reporta el verdadero poder interno, que hace posible la resistencia pasiva y la confianza en si mismo.
“Agradece al tiempo que, mucho más sabio que tú, no apresure tus horas de dolor ni se demore en tus momentos de dicha, sino que te los mida con la misma igualdad, con la misma ecuanimidad generosa”
Vicente Gaos