CON LOS BRAZOS EN CRUZ Y MANCEBO MÍO
ALEGRÍA AGOSTO
PEDAZOS DE MÍ
He aquí que estoy sola y pienso en ti íntimamente, repaso tus facciones y aquella tarjeta con tu dirección y manuscrito donde señalabas que aplaudías mi poesía, no saliste a entregármela pero sé que tu espíritu me otorgabas en ella, y todos los buenos deseos para continuar expandiendo mi cariño por ti.
¿No sé dónde estás o mejor dicho si lo sé?, más mi entendimiento no quiere registrarlo, es que dueles desde la punta de la frente hasta la uña del meñique.
Cierto es que habitas con ella compensándola con el néctar de tus besos y noches desquiciadas de pasión.
Debes saber que tienes lo que busco, eso que llaman aliento de vida pero tengo miedo, sin duda perteneces a otra alma que sujeta tus horas y respira los te quiero que le ofertas.
¿Sabes? hoy no he podido dormir, he reunido numerosas lágrimas por tu abandono y el dolor me inmoviliza, mi naturaleza naufraga lentamente ya que el oleaje de tu delirio no la asume, la muerte flota sobre mi cabeza y tú me extraes de ella como agua de un río.
Casi llegué a un cielo quieto sin estrellas, pero tu reminiscencia se trazó y me repuso el fulgor de la luna al percibir tus labios y respirar mi boca justo en ellos y cesó el escalofrío de la duda
Rezo a todo lo que da mi esperanza para que Dios me dé un segundo y pueda abrazarte, regalarte mis latidos y sentir que tu pecho izquierdo rodee mi corazón y se reanude el equilibrio.
Quiero apoyar mis sueños, mis deseos en ésta ternura que brota a cada instante arraigándose ágilmente dentro de mi carne, ansío pedirte de hinojos y que acaricies mis cabellos y suplicando con los brazos en cruz, «Llórame amor mío como te lloro yo».
MANCEBO MÍO
Mancebo mío
Vierte tus líquidos febriles entre mi sexo maduro, que se agita con tus dedos
Camina mis caderas y haz tu sino entre mi vientre y mi ombligo
Derrama el semen de tu delirio y vierte tu pasión como obsidiana por mis costados
No te detengas que mi corazón de otoño te necesita
Soy señora de Algarabía que añora un festín de orgías entre tú alma y la mía
Ámame como se ama la luna y el sol. Has de mi ocaso con tu primavera un vergel de frenesí
Y regálame un cúmulo de sensaciones orgásmicas y en mi invierto ámame a corazón abierto