Editorial

ANGUSTIA EN LA ESCUELA – POEMONTE

ANGUSTIA EN LA ESCUELA

CÉSAR IVÁN ESPADAS SOSA

POEMONTE

 

Durante el primer año y medio de vida  después del nacimiento, el niño aún no sabe que su madre o persona encargada de cuidarlo, y él,   son dos seres separados.    Siente que   son un solo ente.      Psicológicamente,  no ha nacido.    Pero a partir de esta edad comienza  su  proceso  de  “separatidad  e  individualización”  para  cuidar  la  terminología adecuada de Margaret Mahler quien  dedicó gran parte    de  su  vida  al estudio de estos procesos psicológicos  y sus implicaciones normales y patológicas en el ser humano.

Estos   procesos   de  separación   son   productores   de  ansiedad   y  angustia   que aparecerán en el niño cada vez que su “objeto amado” se separe de él.  Por eso asistir por primera  vez  a la escuela  o a la guardería  provoca  angustia  de variada  intensidad  que indicará  el grado de madurez  en el proceso  de separación  emocional  al que el niño ha llegado.

La ansiedad de la separación es una reacción genuina de temor y principalmente es una emoción normal y útil.   Antes de asistir a la escuela un niño no puede sobrevivir si alguien  no  se  adentra  a  él  y  la  pérdida  de  esta  persona  representa  para  el  niño  un gravísimo peligro.  El niño en respuesta a estos cuidados también “se aferra a las faldas de mamá”.

El  proceso  de  independencia  es  gradual,  y  depende  de  cada  niño,  de  su  medio ambiente, de su medio familiar y de sus  propias capacidades.   Es importantísimo que los padres  no  presionen  a sus  hijos  para  que  alcancen      el grado  de  independencia  que posiblemente han observado   en otro niño.

Tampoco se deberá   obstaculizar este proceso de maduración dando una protección excesiva. La reacción emocional que demostrará  el niño que asiste por primera vez a la escuela dependerá de las experiencias que ha tenido.

Los  que  tienen  la  seguridad  de  que  mamá  y  papá  cumplen  lo  que  prometen  y siempre aparecen a la hora que han dicho que lo harían, aceptan separarse   con menos ansiedad.

Los niños que confían menos en sus padres, se aferran a ellos desesperadamente. Desde luego que además  de la confianza   que tienen de sus padres  intervienen  otros factores como la propia madurez emocional del niño así como los otros contactos que ha tenido en el  hogar, en la familia  o en otros lugares.Menos del 25 % de los niños que asisten por primera vez a la escuela sufren de intenso miedo. De todas maneras, tanto los que expresan angustia como los   que no   la manifiestan,   el comenzar   a   asistir     a la    escuela,     experimentan   un    proceso de separación, individualización, y socialización que  intrapsiquicamente   son procesos activos, dinámicos y trascendentales en su vida emocional.

La     separación      apropiada      de  estos  conflictos   proveerán   de  potenciales sumamente necesarias  para  la  solución  de  problemas en su futuro relacionados siempre con situaciones de separación  e independencia.

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