Editorial

Aceptación: ¿Cómo Alcanzarla? – Veleidades de la Memoria

Aceptación: ¿Cómo Alcanzarla?

Miguel Gallareta Negrón

Veleidades de la Memoria

 

En el caso del Alzheimer, la pérdida consiste en que nuestro ser querido deja de ser quien era, perdemos a nuestros padre, madre o pareja original. Por eso se trata de una pérdida y se vive el duelo igual que cuando muere alguien cercano.

Alcanzar la aceptación y con eso disfrutar una vida más amorosa con nuestro familiar con Alzheimer, puede ser un proceso largo y doloroso, que comúnmente consta de varias etapas.

 

Negación, primera etapa

En el proceso de duelo, la primera etapa es la negación, un mecanismo de defensa que consiste en rechazar aquellos aspectos de la realidad que se consideran desagradables o nos causan mucho dolor.  

En este caso nuestro cerebro actúa negando la información para protegernos del dolor. Cuando este sentimiento se alarga en el tiempo nos deja una gran cantidad de sufrimiento. Si no logramos superar la negación de manera individual, es recomendable acudir a un especialista para que no derive a otras dolencias más graves.

 

Miedo, segunda etapa

El miedo es el resultado natural de una pérdida, y por lo tanto forma parte de nuestro proceso de elaboración del duelo. En el caso del Alzheimer, la pérdida de las facultades cognitivas de nuestro familiar tiene el poder de liberar algunos miedos. Para empezar, podemos tener miedo a nuestra propia pérdida de memoria, porque sabemos que en el Alzheimer hay un componente genético. Pero además, podemos tener miedo al futuro y a nuestra capacidad para afrontarlo sin el apoyo y la ayuda de nuestro familiar que ya no tiene capacidad para apoyarnos.

Para superar el miedo es necesario ponerle palabras, compartirlo, llorarlo, expresarlo con personas que puedan entenderlo bien y sean capaces de acogerlo con sensibilidad.
Cuando sentimos que el miedo está paralizando el día a día, puede ser un buen indicio de que debemos consultar a un terapeuta profesional, para que pueda orientarnos y ayudarnos a superarlo.

Tercera etapa hacia la aceptación: la ira

La “ira o rabia” es cuando entendemos que el Alzheimer en nuestro familiar no puede seguir siendo negado. Esta etapa se manifiesta por lo general por una explosión de emociones y sentimientos reprimidos, entre ellos la culpa y/o la ira, hacia cualquier persona de nuestro círculo familiar, amistades, extraños, a nosotros mismos y hasta a Dios. El darnos cuenta que nuestros planes, sueños o esperanzas no se llegarán a cumplir debido a la pérdida cognitiva de este ser querido, nos genera un fuerte sentimiento.

La rabia nos hará repetirnos frases como: “¿Por qué a mí?… no es justo” “¿Quién tiene la culpa?”. En condiciones normales, la rabia desaparece poco a poco porque nos damos cuenta que no nos conduce a ninguna parte. Sólo en caso de que su presencia se prolongue demasiado y empiece a dañarnos o dañar a otras personas, es importante acudir a apoyo psicoterapéutico.

 

Cuarta etapa hacia la aceptación: depresión

La depresión puede convertirse en un problema de salud serio, en especial cuando es de intensidad moderada a grave y de larga duración; puede causar mucho sufrimiento y alterar las

actividades cotidianas del que la padece y sus seres más allegados.

Si bien la depresión sólo afecta a un promedio del 20% de las personas que han sufrido una pérdida importante como la que nos ocupa, cuando los síntomas de tristeza son incapacitantes y duraderos, de modo que no te permitan realizar una vida social, laboral y familiar normal, debes acudir con un experto en el área de salud mental.

 

Resignación, último paso antes de la aceptación

Todavía muchas personas piensan que resignación y aceptación son sinónimos, cuando el significado de cada uno es muy diferente. La resignación tiene que ver con aguantar, con una sensación de indefensión frente a lo que ha ocurrido. También implica crear una distancia con la vida, con los demás, limitarse a sobrevivir a lo que ha ocurrido y a la realidad de la vida actual. Es un retorno a una vida con el sentimiento de que no queda de otra, que es lo que nos ha tocado vivir y lo acatamos porque no nos queda más remedio. En cambio, La aceptación en el duelo tiene que ver con reconocer la realidad tal cual es ahora. La diferencia más importante, entonces, es que nos resignamos por obligación, en tanto que aceptamos por amor.

Muchos cuidadores o familiares se quedan en esta etapa y nunca llegan a la aceptación total, entonces viven un infierno porque las cargas son insostenibles y sienten que tener un familiar con Alzheimer es como un castigo. Si estás en ese caso y no puedes superarlo, no dudes en solicitar ayuda profesional. Todos merecemos una mejor vida con nuestros enfermos de Alzheimer y es posible lograrla aunque parezca imposible.

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