Editorial

MANIFIESTO 44 – Y AQUÍ EMPIEZA EL ABISMO

MANIFIESTO 44

ROBERTO CARDOZO

Y AQUÍ EMPIEZA EL ABISMO

 

En varias ocasiones me he descubierto pala en mano tras el ruido seco al entrar con fuerza en la tierra, me he dado vergüenza, miedo. No es natural que un padre entierre a su hijo, me digo. Pero es una realidad cada día más cercana. De tanto mirar a la muerte, se vuelve cotidiana; cada día que pasa, soy consciente de que me acerco a ella e intento caminar sin hacer mucho ruido. Ahora observo más los detalles, disfruto de cada momento desde una visión tanatológica, como si me despidiera en cada momento.

Soy consciente del cansancio de mis pies. Presiento los dolores de espalda, sobre todo cuando por fin he encontrado su origen. Cada día me vuelvo lento, como hámster resignado que por fin entendió que no llegará a ningún lado aunque corra todos los días en su rueda. Así he llegado una vez más a ese conteo que ahora me parece absurdo, de los días y sus ciclos. La última hoja de un calendario que se sostiene con un poco de esperanza, que se ofrenda al otoño.

Cada día falta menos en esta ruleta rusa que entendemos como vida, cada día más cerca de ser una flootografía impresa a toda prisa resguardada por el temblor tímido de una veladora.

Pero la lucha no se pierde hasta que uno se rinde. No queda más que seguir peleando, que mantenerse en pie con la terquedad de aquél que sabe que no tiene nada qué perder. No queda más que seguir respirando con la fuerza del desahuciado. No queda más que seguir con la vida en espera.

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