TANATOLOGIANDO
LAURA SALAMANCA LOPEZ
LA VIDA……NUESTRAS RELACIONES
La libertad es lo más preciado de la vida, vivimos en un constante movimiento y el mayor propósito es la felicidad.
Existen tres cosas por las que venimos a habitar la tierra:
1.- Reconocernos a nosotros mismos y darnos el justo valor.
2.- Explorar nuestros dones en el trascurso de la vida. El no hacerlo a la larga te traerá frustración.
3.- Ofrecer esos dones a los demás, si es que a eso te dedicas dejaras de trabajar ya que lo harás con alegría y si es con servicio ya es un bono extra.
Y la mejor forma de reconocernos es viviendo en el espejo de los demás, por eso es tan necesario que nos relacionemos.
Y quizás todo comience desde la relación con nuestros padres al parecer todos creemos que naceremos en un entorno feliz y estable ya que esperas que te alimenten, que te den techo y estabilidad física y emocional, pero tal vez no pensaste que ellos podrían determinar tu propósito aquí en la vida, pero en tu crecimiento fuiste creando tu propia conciencia, de acuerdo con lo que estabas viviendo, si experimentabas algo doloroso, te sentías mal, pero si alguien te veía con aprecio y cariño te sentías bien, sin embargo, tu mente sabia en el fondo, estaba segura que tu misión era estar bien en todos los aspectos y tendrías que trabajar para lograrlo, primero descubriéndolo, al mismo tiempo que encontrarías eventos positivos y negativos que serían tus experiencias y el único capaz de poder elegir serías tú.
Algo te decía que la relación con tus padres no era el abandonar tu sistema de creencias con las que ya naciste por un sistema de creencias de ellos, pero aún asi, te esfuerzas para que te aprueben, y es incomodo adaptarse a la opinión de otro y más cuando tu no estás de acuerdo lo que hace que sientas que estas perdiendo tu sensación de libertad, claro que si tu estas integrado en lo que corresponde a este mundo con tu ser interior podría que llevaras una excelente relación con ellos y con cualquier persona que desees, pero si tú no te has integrado en esa comunión contigo mismo, ninguna otra relación puede ser buena y si a esto le agregamos a los hermanos, mientras mas personas implicadas estén en la relación, más desencuentros puedan producirse y tu esencia se ira poco a poco perdiendo comenzando a tener depresión, baja autoestima, complejo de inferioridad ante algún hermano, sensación de competencia, etc. etc. pero, ¿ porque se da el desequilibrio?
Tu madre y tu padre ni siquiera están conscientes porque vinieron, y traen una serie de experiencias que les han marcado la vida algunos más que otros, por lo que si no son armónicos entre ellos mismos, menos lo serán el uno para el otro e intentarán inculcarte patrones de comportamiento para que su experiencia sea favorable, en vez de sintonizarse con sus hijos como seres humanos únicos e independientes, pero solo te estarán pidiendo que te comportes mejor, para ellos sentirse mejor porque si no lo haces causaras malestar al no complacerlos y te vuelves responsable de como ellos se sientan y si hay más hijos, habrá más conductas que tendrán que controlar y ya no te preocuparas de ver como responden a tu conducta sino de ver su respuesta ante la conducta de la relación de tus padres hacia algún hermano y tu percepción comenzara a distorsionarse. Esto te desvía de tu conducta personal a la que debes poner total atención, pero no lo haces por estar adaptándote a los deseos y exigencias de los demás, y en el contacto con tanta gente a tu alrededor recibes las personalidades totalmente diferentes de cada uno con quien tratas, llámese familia conocidos, amigos, compañeros de trabajo y que puedes hacer:
Piensa en quien eres, todo lo que sientes y sintoniza con tu yo interno, antes de comprometerte con alguien. Nunca le pidas a alguien que cambie su conducta para que tú te sientas mejor, mejor concéntrate en lo que deseas y nunca te faltes al respeto ni hagas algo que vaya en contra de tus valores como ser humano.
“Si amas una flor, no la recojas. Porque si lo haces morirá y dejará de ser lo que amas. Entonces si amas una flor, déjala ser. El amor no se trata de posesión. El amor se trata de apreciación.”
Osho