Editorial

LA DANZA TERAPÉUTICA EN EDUCACION ESPECIAL – Letras para tu panóptico mirar

LA DANZA TERAPÉUTICA EN EDUCACION ESPECIAL

Mar Gómez

Letras para tu panóptico mirar

Trabajar en educación especial equivale a la constante búsqueda de estrategias y adecuaciones curriculares que permitan aprender a desaprender, saber enseñar de modos diferentes para lograr los objetivos educativos de una población de niños con necesidades educativas especiales; cuidando de no caer en lo asistencial o en la tendencia afectiva de la rehabilitación. El laborar en un nivel tan complejo obliga de manera responsable a la adquisición de nuevas formas de atención.

Era el año mil novecientos noventa y dos, cuando me encontraba bajo tales búsquedas, encontré respuesta en el Centro Universitario de la Danza (ciudad de México) dónde realicé estudios de danza terapia. Época en que me desempeñaba laboralmente en la función de psicóloga en una de las antiguamente llamadas escuelas de discapacidad intelectual; proporcionando atención sistémica a los alumnos, padres de familia y compañeros docentes de grupo con apoyo y sugerencias. Esta alternativa resulto bondadosa y llena de beneficios psicopedagógicos y físico emocionales, fue una forma creativa de expresión propia y un medio de organizar pensamientos y sentimientos para toda nuestra población. Estas escuelas desparecieron y en la actualidad están fusionadas y reconocidas como CAM (centros de atención múltiple), dando atención a todas las discapacidades y síndromes, haciendo aún más compleja la labor del docente, por lo que retomar esta práctica en la actualidad coadyuvaría a una mejor atención.

En esa época hablar de danza terapéutica para discapacitados era hablar de una disciplina nueva y poco abordada en nuestro país, aunque en países como Estados Unidos de Norteamérica se trabaja desde la década de los cuarenta con excelentes resultados. Las instituciones que se dedicaban a esta modalidad inicialmente fueron los hospitales psiquiátricos. En un inicio la danza terapéutica se utilizaba en pacientes con desórdenes mentales. En el sesenta y seis se forma la Asociación Americana de Danza terapéutica, cuya meta fue la de sistematizar el trabajo de terapeutas, utilizando la danza aunada con la música como instrumento de rehabilitación. En México con la creación del centro Universitario de la Danza se propone en un inicio la carrera de técnico en danza terapéutica, actualmente con valor de licenciatura, al igual que diplomados y talleres, pretendiendo con esto subsanar por una parte y fomentar por otra la utilización de la danza no solo como manifestación artística, ni espectáculo escénico, sino como una forma de catarsis, de forma de vida, de terapia, de medio de rehabilitación física, es decir ver a la danza en su aspecto integral, rescatando de ella sus posibilidades y coadyuvar por medio de esta a la salud física y mental del individuo, contemplando una formación integral de sus alumnos al proporcionar elementos psicopedagógicos, kinesiológicos y técnico artísticos, que proporcionen una visión global del fenómeno y que sea capaz de participar en la rehabilitación integral de las personas que lo requieran.

La danza terapéutica se refiere a la utilización del movimiento corporal creativo, aunado a la búsqueda de un lenguaje no verbal, que permita descubrir el mundo interno emocional y el conocimiento y mejoramiento de la imagen corporal. Es una forma de terapia en la cual se utilizan técnicas de movimientos dancísticos con fines terapéuticos, es decir, con el fin de contribuir al mejoramiento de disfunciones físico-psíquicas en individuos y grupos sociales.

Al terapeuta en danza, le importan los aspectos cualitativos, psicológicos y expresivos del movimiento, sin dejar aspectos del movimiento que van dirigidos a dotar al cuerpo de flexibilidad, tonicidad, fuerza y percepción del ritmo entre otros aspectos meramente físicos. La danza terapéutica tiene dos premisas básicas:

  1. El movimiento refleja estados emocionales internos.
  2. Cambios en la conducta o patrones de movimiento pueden conducir a cambios en la psique, promoviendo la salud física y emocional.

En base a estas dos premisas el terapeuta en danza no es el que enseña movimientos, rutinas coreográficas o “pasos”, es quien motiva al individuo a expresarse a través del movimiento y con ello descubrir juntos el proceso de comunicación, nuevos patrones de conducta, mecanismos de defensa y concientización de algunos procesos emocionales. Una vez descubiertos estos procesos, se abre un mundo de posibilidades para el individuo hacia un crecimiento integral, ya que a través de su propio cuerpo y movimiento se descubre así mismo teniendo la oportunidad de alterar, cambiar o descubrir viejos patrones conductuales o emocionales disfuncionales; abriendo de esta forma nuevos canales de comunicación interna y también hacia los demás.

El uso terapéutico del movimiento se pudo utilizar en alumnos con desordenes de conducta, con problemas físico emocionales, neurológicos o de integración social, en discapacidades de tipo intelectual, motora, visual, auditiva, en síndromes, audición limitada, lesiones cerebrales motoras, en problemas de aprendizaje, de percepciones y/o problemas físicos. El valor terapéutico es la comunicación no verbal, la liberación emocional relajación física, incremento de la conciencia de sí mismo son resultados valiosamente importantes en estas poblaciones educativas.

La danza terapia no es la cura de discapacidades, es una herramienta más de intervención, que no estoy magnificando, que solamente sugiero como posibilidades de uso para los alumnos de escuelas especiales, dada mi experiencia en ello.

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