Tras una escalada de protestas violentas por un presunto fraude electoral que le dio el triunfo para un cuarto mandato, Evo Morales renunció a la Presidencia de Bolivia.
Después de casi 14 años en el poder, Morales dejó el cargo, luego de tres semanas de movilizaciones contra su reelección y tras perder el apoyo de las Fuerzas Armadas.
Posteriormente, el ex mandatario denunció una supuesta orden de aprehensión ilegal en su contra y que grupos violentos asaltaron su casa, tras su salida del gobierno.
La dimisión se dio en el marco de la entrega de la auditoría que hizo la OEA, en la que se detectaron graves irregularidades y recomendó la repetición de los comicios.
También renunciaron quienes podían suceder al mandatario, como son el vicepresidente y los jefes de las cámaras de Senadores y Diputados, por lo que Jeanine Áñez, segunda vicepresidenta del Senado, asumirá la presidencia hasta que haya nuevas elecciones.